Editorial: ¡Viva Cuenca!
Cuenca ha asumido con determinación los retos del presente, combinando desarrollo, preservación patrimonial y bienestar
Los 205 años de independencia de Cuenca invitan a reflexionar sobre su legado, presente y futuro. Con aquel acto, los cuencanos rompieron ataduras y abrieron un nuevo capítulo para todo el Ecuador. Hoy, su centro histórico y sus tradiciones vivas testimonian una identidad que se entrelaza con la belleza de sus ríos y calles coloniales.
Su riqueza trasciende la historia y la cultura: Cuenca ha asumido con determinación los retos del presente, combinando desarrollo urbano con equidad, preservación patrimonial y bienestar colectivo. Por ello, puede erigirse como modelo de desarrollo para otras ciudades del país.
Además de su entorno natural, embellecido por el verdor y los cuatro ríos que la atraviesan, Cuenca cautiva con sus múltiples atractivos. Como destino gastronómico, es inigualable; y sus casas patrimoniales restauradas, reflejo de su riqueza arquitectónica e identidad, alojan comercio, hostelería y restauración, en un marco de seguridad ciudadana que permite disfrutar una estadía de paz y tranquilidad. Museos, iglesias, conventos, plazas y parques se mezclan con tiendas, heladerías y cafeterías del centro histórico, manteniendo vivo el corazón de la urbe.
Es tanto lo que se puede experimentar en esta joya del Ecuador que vale la pena visitarla y celebrar sus ya más de dos siglos de libertad.