Editorial | Oír más al disidente

Una de las lecciones para la clase política que dejan los resultados de esta consulta popular es que hay que escuchar más

Siempre es bueno escuchar a otras voces. Ahí radica la importancia de la libertad de expresión en una sociedad. Escuchar solo una voz o varias que repitan y repitan lo mismo o lo que el líder quiere oír, crea una burbuja y aleja al gobernante, en este caso, de la realidad. Es complicado contradecir, pero muy necesario cuando se está en una posición de poder si se quiere el bienestar colectivo.

Una de las tantas lecciones para la clase política que dejan los resultados de esta consulta popular es que hay que escuchar más a las voces disidentes. Por eso es importante la prensa independiente. Una voz que diga las cosas sin endulzante, sin tapar nada, por más agrio o espeso que pueda ser porque, a veces, así es la realidad. Eso puede llegar a molestar, pero eso no quita que es el fiel reflejo de lo que la gente vive y piensa. De igual manera, la sociedad necesita analistas independientes que sumen su conocimiento y criterios al servicio de todos, y no para acariciar los oídos del poder.

Quedó claro que perseguir las voces y páginas no alineadas al Gobierno Nacional termina pesando mucho. Si luego del sacudón del domingo pasado la clase política en su conjunto no entiende lo importante que es para la sociedad contar con una variedad de posturas, es que no entendieron nada.