Editorial: Camino a la total desinstitucionalización
La legalidad y los intereses de la nación están por encima de odios y rencillas personales
El enfrentamiento que tiene como actores protagónicos al alcalde de Guayaquil y al presidente de la República se ha intensificado en los últimos meses. Y ya no solo se limita a acusaciones verbales veladas y a veces sumamente explícitas, sino que ahora se han visto incorporadas a la pugna instituciones públicas. Con la participación de funcionarios de la Municipalidad, hasta trabajadores de la Arcsa; pasando por las cámaras de videovigilancia municipales que pasaron a ser controladas por el Sistema ECU-911 y el retiro de las camionetas municipales que estaban asignadas a la Policía Nacional, la hostilidad, lejos de decrecer se incrementa exponencialmente, en detrimento de la seguridad ciudadana en Guayaquil, particularmente, y de la institucionalidad en todo el Ecuador.
Las diferencias entre funcionarios públicos jamás pueden trascender al punto de afectar el bienestar de los ecuatorianos pues el poder, por ningún motivo puede estar al servicio particular. Ello claramente constituye un uso y abuso de las instituciones para obtener ventajas en las riñas políticas, y de continuar, solo tendrá como resultado la desinstitucionalización total del país.
La legalidad y los intereses de la nación están por encima de odios y rencillas personales. El juego de ataque y revanchismo entre autoridades no puede continuar un solo día más.