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Democracia y partidos fallidos

Avatar del Willington Paredes

Olvidan que esta es su origen y matriz que sustenta una práctica política correcta

Preguntar sobre la relación democracia y partido-tienda políticos es básico. Tarea fundamental de toda la ciudadanía, pues interroga sobre los ámbitos sociopolíticos, institucionales, ideológicos, culturales, etc. Debe ser dirigida a los alcaldes, prefectos, gobernadores, ministerios, Asamblea, Presidencia y sus partidos. Los cuestiona a todos porque la pobre calidad de la democracia que tenemos (fallida) es obra de ellos. Olvidan que esta es su origen y matriz que sustenta una práctica política correcta. Pero no trabajan por ella. La llevan al laberinto, la hieren y contaminan con pus, haciéndola fallida, ya que sus decisiones y acciones no fortalecen a la sociedad democrática. Viven y actúan usufructuando la situación precaria de sus instituciones. Solo hacen todo para debilitarla, llevándola a una permanente mediocridad y aniquilamiento. Sus líneas y acciones no crean un proceso orgánico que institucionalicen, consoliden y proyecten la democracia.

Por eso tiene sentido la afirmación del periodista José Hernández, que dice: "Aquí los partidos son meros clubes de amigos con gerentes propietarios... ajenos a la actividad realmente política e intelectual... petrificados en las ideas y que, pasados los periodos electorales, se refugian enteramente en la actividad legislativa. Política para ellos es hacer declaraciones de principios ante las cámaras y entregarse a manejos turbios por debajo de la mesa".

Interrogarlos en sus acciones no exige gran saber teórico, doctrinario y filosófico porque constatamos la mediocridad de partidos y líderes. Solo observemos su dinámica en la Asamblea, alcaldías y consejos provinciales, convertidos en escenarios de permanente ridiculez. Así debilitan la democracia e instituciones, "alimentándolas" de vulgaridad. Los discursos, propuestas, obstrucciones, reflejan lo que buscan ser y hacer; devela y revela el profundo alejamiento que tienen respecto a lo que es una organización política, los principios ciudadanos, la democracia republicana y lo que es más grave, la vida institucional de un país fragmentado, no solo por esta situación sino además por debilidades históricas y estructurales que hacen difícil la consolidación de un proyecto nacional y democrático para todos.