Premium

Objetivo básico: intimidar

Avatar del Rubén Montoya

El narco no solo es legión de jóvenes sin rumbo y sicarios: es también empresarios ricos, abogados de corbatas de seda, políticos miserables.

Es posible que las amenazas ocurridas en estos días hacia medios de comunicación y periodistas se diluyan como casi todas las investigaciones que no tocan directamente al poder establecido. Pero hay un hilo conductor y tal vez convenga analizarlo en el contexto de guerra en el que vivimos. Y no soltarlo.

El periodismo es y será incómodo para el poder porque cuando no se vende (y se vende mucho cuando calla) es un antídoto contra la ignorancia. El periodismo que entrega datos y los contextualiza es un enemigo molestoso. Peligroso. El periodismo de las “malas” noticias conspira contra las barrigas llenas y la ilusión a tope.

¿Qué enemigo quisiera neutralizarlo? Cualquiera que necesite moverse entre las sombras, el miedo o el engaño. Entre la impunidad y el silencio. Aunque no es la única; sobre Ecuador pesa una sombra que se alarga y es la del crimen organizado, que tiene en el narco a su más productiva expresión. Es un negocio tan brutalmente rentable, que si fuera un país estaría entre los 20 más. Mueve tanto dinero que arrasa con las conciencias en oferta. El narco no solo es legión de jóvenes sin rumbo y sicarios que se persignan antes de matar sin asco: es también empresarios ricos, abogados de corbatas de seda, políticos miserables. En América del Sur, y sobre todo en Chile y Ecuador, llegó para quedarse. Todo el tiempo que sus institucionalidades rotas y su ciudadanía cautiva lo permitan. O sea…

El narco avisa y tiene una hoja de ruta. Parte de ella es la intimidación, que busca crear un ambiente social de temor y paranoia. Mientras, crecen sus zonas de influencia, y su modo de presentarse en sociedad es cada vez más visible. ¿Sabe la Policía dónde se concentra? En Chile, un esfuerzo periodístico mostró que solo en la Región Metropolitana hay 170 sitios que domina el narcotráfico: la sexta parte de Santiago es territorio narco. ¿Cuántas zonas ya controla en Guayaquil, ¡oh Perla! del modelo exitoso?

Estamos en la etapa de la intimidación y vamos con retraso. Una vez más: a un enemigo así, solo con políticas de Estado. Y un grado de conciencia de esos que, por ahora, no tenemos ni en pañales.