Por favor

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También puede disponer a la Dirección Jurídica de la Presidencia que derogue el absurdo reglamento que impide el indulto y así indultarla.

Una de las pocas cosas rescatables de la Constitución de Montecristi es el reconocimiento de las enfermedades llamadas “catastróficas”. Los capítulos III y VII se refieren a los derechos de las personas que padecen esta clase de enfermedades.

Cuando uno pierde 5 o 6 familiares luego de compartir su dolor, presenciando la agresividad de la quimioterapia, viéndolos llegar al punto de quebrarse y darse por vencidos porque no soportan más el sufrimiento, entiende que semejante enfermedad es una verdadera catástrofe en la vida de un ser humano. Tener encima que enfrentarse al sistema judicial que la sentenció injustamente a una pena de 17 años de prisión; a la Fiscalía General del Estado que vuelve a intentar condenarla luego de ser declarada inocente; a la Presidencia de la República que -en semejantes circunstancias- no la indulta por un leguleyo reglamento de tercer orden que no puede prevalecer ante la Constitución, parece un relato de Edgar Allan Poe. Una verdadera película de terror: un ser humano enfrentándose en desigual e inhumana lucha contra todo el sistema político del Estado ecuatoriano. Esta es la pesadilla que vive Carolina Astudillo. Solo porque aún seguimos prisioneros del correísmo. ¿Cómo se enfrenta uno a algo así? ¿De dónde saca fuerzas para seguir? ¿Quién lo resarce a uno de la tristeza y de la desesperación que representa tan despiadada lucha?

Hace poco narraron en la tele como el presidente -sin pompa y aspaviento alguno- fue a visitar a un joven que había intentado suicidarse. No hay duda de que se trata de una persona con gran corazón. Por eso apelo a esa condición. Yo sé que la línea del Gobierno es la no interferencia entre funciones. Por eso no le pido interferir sino interceder. Anteponer sus buenos oficios ante la Fiscalía y ante la Corte Nacional para que apliquen algo que engrandece a quienes lo practican: la magnanimidad. La misericordia. También puede disponer a la Dirección Jurídica de la Presidencia que derogue el absurdo reglamento que impide el indulto y así indultarla.

Por favor señor presidente. Una simple llamada.