Paradigma de la libertad de expresión
Ojalá que los jueces no hayan caído en el error mayúsculo de no absolverlo, avergonzándonos nuevamente a todos.
Todos los sistemas políticos que rigen el mundo contemporáneo, ya se trate de las potencias de cuño liberal capitalista como son EE. UU. de América del Norte, los Estados de la Unión Europea, o las potencias socialistas como Rusia y China, sustentan la legitimidad de sus gobiernos en la democracia, es decir, en la elección de sus gobernantes en comicios mediante el voto popular directo o indirecto cuando se sufraga por parlamentarios, cuya suma dará la mayoría, escogiéndose los candidatos de los partidos intervinientes en elecciones primarias. Todo fundado en los principios rectores de la democracia, que son las 4 libertades clásicas: 1) libertad de palabra, o de expresión o de consciencia; 2) libertad de cultos o religión; 3) libres de temor; y, 4) libres de miseria.
Pero el ejercicio de la libertad de expresión o de conciencia presupone el estar previamente informado de aquello sobre lo que uno reflexione y opine.
Siendo esto así, Julian Assange, el informático australiano que reveló al mundo centenares de documentos secretos de los EE. UU., a los que logró acceder en sus investigaciones, y referentes preferentemente a su política exterior, ¿qué delito grave pudo cometer contra esa potencia que probablemente no fuera más que confirmar en su mayor parte lo que ya se suponía? , ¿por qué continúa detenido, no se sabe siquiera en qué condiciones? Y para colmo, ¿por qué nuestro país sigue en la danza del deshonor en este asunto, a partir de que Lenín Moreno le quitó a Assange el asilo que el gobierno de Rafael Correa le había concedido? ¿Ahora al enjuiciar al informático sueco Ola Bini, luego de haberlo detenido el 11 de abril de 2019, permaneciendo en prisión por 70 días, solamente al parecer por haber sido amigo de Assange y haberlo visitado varias veces mientras estuvo asilado en la embajada de Ecuador en Londres?
La audiencia de juzgamiento de Bini estuvo señalada para entre el 22 y 23 de octubre. Ojalá que los jueces no hayan caído en el error mayúsculo de no absolverlo, avergonzándonos nuevamente a todos.