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Libertad de expresión y democracia

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Es oportuno recordar los postulados de la Conferencia de Chapultepec de 1994: “la libertad es una, pero a la vez múltiple en sus manifestaciones, pertenece a los seres humanos, no al poder.

La libertad de expresión u opinión es un pilar fundamental de una democracia, se la debe garantizar, es incómoda a los gobiernos autoritarios que no toleran que existan quienes estén en desacuerdo con sus criterios. Voltaire, uno de los ideólogos de la democracia representativa, señalaba: “no estoy de acuerdo con tú opinión pero daría mi vida por que puedas decirla”.

La actual Asamblea legislativa, de manera equivocada, pretende nuevamente regular la información de los medios de comunicación, que inversamente debieran protegerla para fortalecer la institucionalidad, más aún si las redes sociales generan información con total libertinaje sin ningún control. A los medios de comunicación social les corresponde ser cuidadosos con la información que trasmiten a la sociedad por la responsabilidad ulterior que tienen, conscientes de que es peligroso tener la razón cuando el gobierno está equivocado.

Tan importante es el rol de los medios de comunicación que el ex presidente de los Estados Unidos, Tomás Jefferson, dejó para la posteridad una frase que resume su misión: “en una democracia puede faltar el gobierno pero no la libertad de expresión”. Dentro de las garantías fundamentales de las personas se contempla el derecho a que se rectifique una información equivocada o tendenciosa, incluso es posible plantear un reclamo judicial.

Es oportuno recordar los postulados de la Conferencia de Chapultepec de 1994: “la libertad es una, pero a la vez múltiple en sus manifestaciones, pertenece a los seres humanos, no al poder”. Y agrega: “el ejercicio democrático no puede existir ni reproducirse, sin la libertad de expresión y de prensa por cualquier medio de comunicación”.

Por ética, los medios de comunicación deben mantener la independencia del poder político de turno, una prensa libre es condición insustituible para que las sociedades resuelvan sus conflictos, promuevan el bienestar y protejan la libertad, aquello demanda su compromiso con la verdad, la búsqueda de precisión, la imparcialidad y la equidad. Sin libertad no puede haber una convivencia justa.

El Presidente Lasso debe vetar el proyecto de Ley de Comunicación.