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Pasaporte Covid y otras libertades

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Creo que esta vacuna, a pesar de que no es perfecta y es un parche más que una cura, es beneficiosa y está ayudando a detener la dureza y letalidad del virus

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado entre bombos y platillos (y en plena campaña electoral para las elecciones presidenciales) que piensa “emmerder”, que viene a ser algo así como fastidiar la vida a las personas no vacunadas, pero expresado de una forma mucho más vulgar, hasta que cambien de opinión. Estás declaraciones, dichas en una entrevista para el diario Le Parisien tienen relevancia ya que en Francia los entrevistados tienen el derecho a revisar y retocar sus respuestas antes de que sean publicadas y no se tocó una coma de esa afirmación (aparentemente en otras respuestas si hubo rectificaciones), por lo que queda claro que tanto Macron como comunicaciones del Eliseo tenían toda la intención de lanzar este mensaje a la ciudadanía. Macron añadió que “a los no vacunados no los puedo meter presos ni vacunarlos a la fuerza, pero partir del 15 de febrero, quien no se haya vacunado no podrá entrar a un restaurante, ni a tomar una copa ni a un teatro…”, y que esta vigilancia se haría a través del llamado pasaporte COVID (o carné de vacunación).

Yo estoy vacunado. Debatí largo conmigo mismo si debía vacunarme o no ya que en 2020 pasé el virus y me consideraba inmune por medios naturales. Después de leer e informarme mediante artículo médicos e investigaciones decidí vacunarme voluntariamente, la palabra clave: decidí. Creo en las vacunas como uno de los grandes logros de la humanidad. Creo que esta vacuna, a pesar de que no es perfecta y es un parche más que una cura, es beneficiosa y está ayudando a detener la dureza y letalidad del virus; pero también puedo entender que haya gente que no quiera vacunarse por cualquier motivo o creencia. Yo creo que todas las personas deben de ser libres de escoger si vacunarse o no. Así también todas esas personas deben asumir las consecuencias de no vacunarse, así como lo hacemos los vacunados con los efectos secundarios de la vacuna; pero por no vacunarse nadie debe de ser señalado como paria de la sociedad, o ver sus derechos coaccionados. Estar vacunado no quiere decir que deje para siempre de poder ser portador del virus, o de poder transmitirlo a otros, o poder contagiarse, lo que nos obliga a seguir siendo cuidadosos y a estar alertas antes el virus de la misma manera que las persona que no están vacunada, por más que las consecuencias de adquirir el virus sean completamente distintas. El fondo de la cuestión con el pasaporte COVID no es si estás o no vacunado, sino que es ¿por qué debo yo de dar a otras personas obligatoriamente una información tan personal como mi historial médico?

Cada vez que como sociedad cedemos alguno de nuestros derechos es muy difícil recuperarlo. La implementación de esta medida en países como Austria, Alemania y ahora Francia me parecen que establecen un precedente peligroso de control. Hoy esta medida es tomada por el COVID, pero ¿quién nos asegura que no se volverá una normalidad? Muchas medidas durante esta pandemia se están tomando por razones políticas y no por razones sanitarias. Me parece una locura que el hecho de portar o no un papel hace toda la diferencia entre poder o no coger a un colectivo para poder ir a trabajar.