Columnas

¿ El terror como instrumento de negociación?

No quiero acordarme de un preso sin identificación por no haberse cedulado nunca, pero lo anoto como evidencia de otra palmaria manifestación de la ausencia del Estado...

Las PPL jefes de bandas criminales siguen probando con sangre quién manda en las cárceles del Ecuador. Por supuesto, no es el Estado. Este ha perdido, hace ya un buen tiempo, el control en esos centros de privación de la libertad, que también lo son de privación de los derechos fundamentales que por respeto a su dignidad de tales tienen los seres humanos.

Por ello, entre las acciones posibles, sin costo económico, la de acabar con el hacinamiento es sustantiva. Cualquier esfuerzo en esa dirección, que tiene múltiples caminos posibles, siempre será de agradecer por todos los que amamos las libertades y pensamos que cualquiera de ellas que se pierda o se mengüe es una derrota de la humanidad y, por tanto, cualquier avance para corregir esa gran anomalía que es el hacinamiento es una victoria de la dignidad.

Obviamente, el esfuerzo para conseguir logros, tal cual hicimos con la vacunación, tiene que ser un esfuerzo compartido y entre todos. Los jueces, por ejemplo, deben seguir considerando la pérdida de la libertad como ‘ultima ratio’. Sí, porque la libertad es un bien sagrado y por eso no puede ser que toda infracción se sancione con la cárcel, atiborrándolas. Peor todavía que existan presos sin sentencia o que se mantengan tras las rejas a quienes ya han cumplido su pena. No quiero acordarme de un preso sin identificación por no haberse cedulado nunca, pero lo anoto como evidencia de otra palmaria manifestación de la ausencia del Estado.

Por otra parte, el jefe del Estado, creo que va a ocurrir pronto, bien puede contribuir al alivio del hacinamiento, concediendo indultos en los casos en que la ley, para tal propósito promulgada, se cumpla estrictamente.

Sin embargo, su rol fundamental en estos días sigue siendo el de insistir en su propuesta de reactivación económica, partiendo de la creación de confianza, en que todos a una, logremos generar un clima de inversión que permita generar empleos y libre de la tentación delincuencial a muchos ecuatorianos que no han tenido otra posibilidad que cruzar la frontera que va desde la enorme paciencia hacia el delito.