Columnas

Comienza un nuevo partido

Yo que quería levantar el ánimo nacional, estoy contribuyendo con estas líneas a deprimirlo más aún. Por favor, no me hagan caso y tengan un poco más de paciencia.

Homologando nuestro proceso electoral con el fútbol, podemos decir que hoy comienza a jugarse no un segundo tiempo, sino un nuevo partido, ojalá con un mejor arbitraje.

Entran los equipos a la cancha, como el país, un tanto decaídos. Yo creo que hay que subir el ánimo. El juego va a estar bien movido. Espero que sea un buen partido y, sobre todo, que sea un juego limpio. Es lamentable que a estas alturas del campeonato recién se conozca cuáles son los dos finalistas. A la fecha hay todavía una vaga posibilidad que podría alterar dicho orden, aunque ya se dio una resolución según la cual no se modificaría el calendario y se pueden mandar a imprimir las entradas.

Mientras tanto, se ha conocido que los equipos han contratado asesoría internacional pero, parece que no está siendo bien vista por la afición. Los pretendidos refuerzos argentinos de uno de los equipos han resultado una noticia falsa. No está Argentina en capacidad de brindar esa colaboración.

El otro aspirante también contrató un nuevo diseño para su uniforme pero, resulta que el rojo no le va bien con sus antecedentes. La hinchada piensa que fue un error cambiar los botines a estas alturas del partido.

En todo caso, en lo de fondo, más allá de cómo resulte esta nueva jornada, lo importante es qué va a ocurrir con el fútbol ecuatoriano y eso, nadie lo sabe. Amanecerá y veremos, dicen nuestros campesinos.

Mientras tanto, yo que soy médico y hasta exministro de Salud, tengo ochenta años y una precondición de riesgo, y todavía estoy sin vacunarme. Espero que cuando eso ocurra no me toque una vacuna que no mantuvo la temperatura adecuada y por eso se la regalaron a nuestro pobre país, que además es un país pobre.

¡Qué pena! Yo que quería levantar el ánimo nacional, estoy contribuyendo con estas líneas a deprimirlo más aún. Por favor, no me hagan caso y tengan un poco más de paciencia. Recuerden con Don Eloy que la hora más negra de la historia es la más próxima a la aurora. Por supuesto, también que: no hay redención sin sacrificios. ‘Sursum corda’.