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Fausto Ortiz | Los huevos y la canasta

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La perspectiva de mediano y largo plazo se muestra alentadora....

En tiempos de inteligencia artificial (IA) y de dejarse apoyar por ‘copilotos’, aproveché por preguntar si existe un portafolio de inversiones ideal, obteniendo como respuesta algo bastante conocido pero que por momentos lo dejamos a un lado: “El portafolio de inversiones ideal no es único para todos; depende de factores como tu tolerancia al riesgo, objetivos financieros, horizonte de inversión y situación económica”.

Cuando la IA empieza a enumerar algunos principios para ayudar a estructurarlo de manera eficiente, arranca de forma técnica con el concepto de diversificación, que en campos coloquiales de la inversión lo conocemos como “no pongas todos los huevos en una misma canasta”. Esta regla es básica, distribuye, distribuye, distribuye, y de esa manera podrás salvar tus recursos en función de tus requerimientos futuros. Se señala también tener claro tu horizonte de inversión y tolerancia al riesgo que deberán ser evaluados periódicamente. A lo anterior le añadiría la importancia de dejarse asesorar de expertos.

Se puede complementar el mundo de las inversiones en certificados de depósitos bancarios con otro tipo de ‘papeles’, como acciones o bonos, pero seguramente solo con una pequeña parte de los fondos que disponemos para nuestro futuro en búsqueda de mejor rentabilidad sin perder de vista las perspectivas, y otra vez, debidamente asesorados para salvar la mayor cantidad de huevos en la canasta.

En el mercado de valores ecuatoriano durante 2024 se negociaron $ 15.752 millones (M), lo que representó un crecimiento de 18 % con relación al 2023. Hasta ahí pareciera que son cifras de otra economía ya que la ecuatoriana decreció 2 % en idéntico período. Cuando incorporamos la información de que el mayor instrumento financiero negociado provino del sector público (más de la mitad) la lectura cambia. El mercado de valores participó en acercar inversionistas que buscaron una rentabilidad fija con tenedores de bonos de deuda interna, en algunos casos que necesitaban hacer líquidos los bonos ‘recibidos’.

La negociación de instrumentos de renta variable, acciones, por ejemplo, durante 2024 apenas llegó a $ 54 millones, a pesar de que dichos instrumentos de mayor riesgo percibido generan una mayor rentabilidad. Un grupo de empresas cuyas acciones se negocian en el mercado de valores, agrupadas en el denominado BVG Index, a la fecha refleja rendimientos anuales arriba de 16 %.

En el primer trimestre de 2025 las transacciones con renta variable ya superan el 50 % de lo transado en todo el 2024. La perspectiva de mediano y largo plazo se muestra alentadora, el nuevo gobierno arrancará su período completo coincidiendo plenamente con la zona de crecimiento del ciclo económico, que es el escenario perfecto para ejecutar buena política económica y atribuirse íntegramente el resultado.

En este primer cuatrimestre del año los impuestos recibidos en Finanzas superan en más de $ 400M lo alcanzado un año atrás, a pesar de que abril de 2025 quedó $ 168M por debajo del año anterior, que por el aumento de IVA tuvo un gran marzo.

Las empresas requerirán recursos, la banca y mercado de valores estarán prestos a ofrecerlo. El crecimiento del PIB de 3 % y más en este 2025 no es un número inalcanzable mientras no se les ocurra otra batería de impuestos y desperdicien el momento.