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Coimas en Isspol

Avatar del Eduardo Carmigniani

"La inveterada amnesia colectiva del paisito no puede tapar esto"

Hace tres semanas hacía referencia a que, por fraudes como los de Delcorp y sus empresas relacionadas (simulaban millonarias “ventas” entre ellas para colocar facturas truchas en bolsa), la Junta Monetaria había prohibido el pasado diciembre la negociación en el mercado de valores de facturas entre vinculados. Y decía, a propósito de eso, que los inversores institucionales, como el Isspol, que habían resultado perjudicados con esas tretas, debían investigar si quienes tomaron la decisión de comprar esos papeles-humo no recibieron sobornos a cambio.

No conozco si, en ese concreto caso, los más de veintidós millones de dólares enchufados al Isspol en facturas emitidas por Delcorp con cargo a su recién nacida hija Fertisolubles (agosto, 2019) fueron, como dicen en Colombia, untados con mermelada. Pero indicios para sospechar hay. Ahora todos conocemos las revelaciones hechas por las autoridades estadounidenses, según las cuales, en otras operaciones de “inversión”, esta vez con empresas de aquel sujeto Chérrez, exfuncionarios del Isspol habrían recibido 2,6 millones de dólares en coimas, de los que 1,4 millones habrían ido a parar al bolsillo del exdirector de riesgos John Luzuriaga, hoy procesado y detenido en la Florida.

Cuestión de, patrón de conducta, digamos.

En esto hay que llegar al final. Por lo pronto, en el caso de Chérrez y su verborrea, además de lo de Luzuriaga, hay al menos 1,2 millones en coimas detectadas por los investigadores estadounidenses cuyos receptores no han sido aún identificados (o sus nombres no revelados). Ya sabremos. Pero en el resto de “inversiones” del Isspol en riesgo, que según su actual director no son pelo de cochino -suman decenas de millones de dólares- también hay que seguir. Empezando por los intermediarios, “asesores” financieros y “genios” estructuradores, pues no sería para nada raro que parte de sus “comisiones” hayan sido desviadas para torcer voluntades.

La inveterada amnesia colectiva del paisito no puede tapar esto. Está en juego el ahorro de miles de policías y el futuro del mercado de valores.