Columnas

Pensión holgazana

'Un Estado sin recursos, que prioriza un “circo sobre hielo” por sobre la educación'.

Al parecer, para desvirtuar la atención de la grave crisis que vivimos se presentó un proyecto de ley controversial, que busca aumentar a 24 años la edad de los beneficiarios del derecho de alimentos, que tiene como uno de sus argumentos la obligación de los progenitores a cubrir la totalidad de los estudios universitarios de sus hijos.

La propuesta abrió un debate con dos posiciones antagónicas: los que consideran que los padres tienen que ser exigidos por sus hijos hasta la edad antes indicada y los que consideramos que este tipo de propuestas solo fracturarán aún más nuestra flagelada sociedad.

No cabe analizar esta propuesta desde el punto de vista afectivo, pues para la gran mayoría, nuestros hijos son una bendición sobre la cual hacemos nuestros planes, construimos sueños y planificamos nuestro futuro. Brindarles una excelente educación es la aspiración de todo padre responsable y la mejor herencia que podemos dejar para ellos.

Buscar desvirtuar el tema de alimentos y otorgarle a un adulto de entre 18 y 24 años la posibilidad de demandar a sus progenitores para que lo sigan manteniendo, me parece un despropósito que terminará atentando contra la propia estructura familiar. Valores como el respeto, la gratitud y la consideración que le deben los hijos a sus padres, tienen que ser rescatados y no permitir que se sigan perdiendo con el paso de los años. Mucho me temo que este proyecto de ley, en caso de ser aprobado, se constituirá en una herramienta de coerción contra padres y madres. No existe nada más dignificante que alcanzar las metas con esfuerzo propio. No comparto la propuesta por motivos que sobrepasan lo legal, considero que como sociedad estamos enviando un mensaje equivocado a nuestra juventud.

Propongo que en lugar de aprobar esta pensión holgazana, sea el Estado el que garantice el acceso gratuito a una educación universitaria de calidad, para que madres y padres no terminemos pagando las ineficiencias de un Estado sin recursos, que prioriza un “circo sobre hielo” por sobre la educación.