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¿Amarre o ignorancia?

Avatar del Diana Acosta

Nadie lo podía creer. Sorpresivamente UNES se alineaba al Gobierno con el objetivo de lograr un limbo alrededor de la ley, para que esta sea aprobada como ansiaba el Ejecutivo. Unos votaban por negar los informes de minoría y mayoría, otros por archivarlos, sin que traten y definan lo que debían, esto era aprobar, negar o archivar la ley. Al final llegó la abstención desde la bancada de UNES, lo que permitió que el proyecto pase por el ministerio de la ley.

Son un poco de tilingos y novatos o solapados de alto vuelo, que con posturas irresponsables permitieron que la ley siga su camino con el texto tal cual lo envió el gobierno.

Ahora, todos salieron despavoridos a defender sus posiciones, que yo no fui, que otros lo hicieron. Es inaceptable que semejante mamarrachada ocurra dentro de una institución como la Asamblea. UNES y todos quienes no votaron como debían son corresponsables de lo que pasó con el tratamiento del proyecto de ley. Esta jugada tiene fondo, no es posible que se trate de falta de cálculo o de no saber cómo votar; esto es un claro amarre con el Gobierno.

UNES ha cometido un soberano acto de irresponsabilidad al no haber apoyado la moción de Pachakutik, de negar y archivar un proyecto de ley nefasto, que da la espalda al pueblo, que golpea a la clase trabajadora del país, junto a un paquetazo de impuestos que perjudicará a todos los ecuatorianos.

Felizmente, el artículo 140 de la Constitución dispone que la Asamblea Nacional podrá en cualquier tiempo derogar cualquier decreto-ley. Esperemos que los asambleístas que ahora se rasgan las vestiduras y vociferan que la ley no debería ser publicada en el Registro Oficial hagan lo que les corresponde y con algo de sangre en la cara actúen en consecuencia.

Esta Asamblea, salvo escasas excepciones, es un circo repleto de fauna, malabaristas, equilibristas y payasos, que buscan librar actos bochornosos que arrancan sonoras pifias y profundo rechazo por el desbordado nivel de repugnancia con el que actúan.

Esperemos que esta nefasta ley sea fulminada tan pronto como sea promulgada.