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César Febres-Cordero: Noboa le pone una cascarita a la Corte

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Y si la Corte se allana, pues simplemente podrán pasar más leyes así, ahorrándose hasta el referéndum

Sería un error imaginarse al presidente Noboa deshojando margaritas. La decisión de transformar el orden jurídico y político del país es definitiva. Lo único que se discute en Carondelet es el mejor método para lograrlo. No importa si la reforma parcial no tiene el alcance de una constituyente, las intenciones maximalistas del Gobierno pasarán por la vía de menor resistencia. La prueba de aquello es la Ley Orgánica para Desarticular la Economía Criminal Vinculada al Conflicto Armado Interno, recientemente introducida por el presidente.

Esta propuesta del Gobierno es, en la opinión de un importante número de juristas y ante la mirada de cualquier ciudadano medianamente conocedor de las leyes, abiertamente inconstitucional. Más que eso, es un intento de reescribir la Constitución por la vía expedita de un proyecto económico urgente. En unas cuantas páginas, el oficialismo pretende crear un estado de excepción paralelo libre de cualquier control constitucional, básicamente suspendiendo los derechos a la inviolabilidad del domicilio (disposición reformatoria cuarta) y a la privacidad (art. 19, n. 2) y dándole a las Fuerzas Armadas una amplísima facultad para declarar bienes (y, en la práctica, a las personas que puedan estar dentro) como objetivos militares.

Encima de esto, la pretendida ley busca instaurar un procedimiento especial para juzgar los delitos cometidos contra el Derecho Internacional Humanitario en el marco de la guerra interna, apenas unas semanas después de que el país haya conocido las declaraciones de cuatro miembros de la FAE sobre cómo, según ellos, los Cuatro de Guayaquil fueron sometidos a gravísimos abusos físicos y llevados premeditadamente hacia Taura bajo custodia militar. Sería ingenuo pensar que estos dos hechos no están conectados.

Por esto y más, muchos esperan que este proyecto no sobreviva al control de la Corte Constitucional. El Gobierno sabe que eso es una fuerte probabilidad y, de ser así, lo usará, como ya lo adelantan algunos, para desacreditar a la Corte y justificar un proceso constituyente. Y si la Corte se allana, pues simplemente podrán pasar más leyes así, ahorrándose hasta el referéndum.