Carlos Alfonso Martínez | Generadores en Mocolí. ¿Qué saben las élites?

¿Será esta una señal inequívoca de que los apagones son inminentes?
Las dudas sobre el posible retorno de los apagones persisten.
Tras escuchar a varios tertulianos en una emisora guayaquileña afín al Gobierno nacional, resulta evidente que se nos está preparando, casi de forma anticipada, para que vayamos aceptando que los tan temidos cortes de energía volverán.
Se apela, con sospechosa insistencia, a la necesidad de instaurar en nuestra sociedad una ‘cultura de ahorro energético’, lo que en realidad representa un llamado a que los ciudadanos ajusten su estilo de vida y asuman sacrificios debido a la ineficiencia del aparato estatal.
Lo más paradójico -y que a la vez resulta muy inquietante- es observar cómo se ha vuelto cotidiano el ingreso de ‘trailers’ cargados de generadores eléctricos a la isla Mocolí, en Samborondón.
¿Qué información privilegiada manejan los residentes de esa zona, a la que no tiene acceso la gran mayoría de la ciudadanía?
En verdad parece poco creíble que estén invirtiendo en generadores costosos simplemente como medida preventiva, sin intención de uso.
¿Será esta una señal inequívoca de que los apagones son inminentes?
La falta de planificación estructural en materia energética es vergonzosa.
No puede ser que en pleno siglo XXI los ecuatorianos vivamos bajo la constante amenaza de quedarnos sin electricidad, sometidos a la improvisación y al silencio oficial.
No olvidemos que el actual gobierno ya acumula 20 meses en funciones, y que en 2024 el país ya padeció prolongados cortes de luz.
Hoy, en 2025, la incertidumbre vuelve a instalarse en el día a día de millones de hogares.
Mientras el Ejecutivo insiste en que no habrá apagones, los expertos advierten que el escenario más probable es exactamente el contrario: nuevos cortes hacia finales de año.
Ojalá se equivoquen.
Pero todo indica que las señales están ahí, y que la ciudadanía deberá, una vez más, enfrentar las consecuencias de una crisis generada no por falta de recursos, sino por la negligencia y la falta de visión de quienes nos gobiernan.