Sacudámonos de la anomia

Esto vivimos en nuestro país, en el que suceden hechos que deberían alarmar a la colectividad, y sin embargo es como que nada pasara. Es indispensable que tratemos de recuperar los valores morales
Un hecho incontratable que no admite discusión alguna es que en las últimas décadas la humanidad presenta un crecimiento tecnológico y científico inconmensurable debido, entre otros factores, a los medios electrónicos de comunicación, a la información digital que permite que haya una interconexión de nuestras sociedades humanas a escala planetaria. Pero, asimismo, hay una pérdida de valores morales y éticos en nuestra sociedad, lo que se evidencia con el avance incontenible de la corrupción, que desde el poder se ha infiltrado en todas las colectividades humanas que no saben para dónde mirar porque “por donde se mire salta pus”.
Hay una tremenda crisis económica que azota a casi todo el planeta Tierra, lo que nos preocupa hondamente. Pero es evidente que estamos frente a un estilo de vida distinto, con la circunstancia agravante de que la indiferencia con la que se mira esta crisis ética y moral demuestra que los seres humanos sufrimos de anomia, que para la sociología significa ausencia de normas, o la tendencia transgresora de las reglas, a nivel colectivo, o cuando una crisis severa de la estructura social rompe las normas existentes y unas nuevas normas que aún no se consolidan. Esto vivimos en estos momentos en nuestro país, en el que suceden hechos que deberían alarmar a la colectividad, y sin embargo es como que nada pasara. Por eso es indispensable que tratemos de recuperar los valores morales.
Frente al proceso electoral que se avecina abramos los ojos para elegir bien. No votemos por quienes ofenden a la mujer cuando expresan que ellas se sacan los calzones para saludar al candidato. No votemos por aquellos que llevan en sus tobillos grilletes electrónicos para que no huyan por los delitos de corrupción que cometieron. No votemos por quienes tienen pendientes investigaciones penales por anteriores manejos de dineros del pueblo, ni por payasos, ni artistas de televisión o de la farándula, ni por ‘tiktokers’ o ‘latin kings’. Sacudámonos de la anomia que nos agobia y no sigamos sumisamente a quienes quieren el poder no para solucionar los graves problemas del pueblo sino para ser figuretis o para satisfacer ambiciones personales .