Se fue Llori, ¿qué gana Ecuador?

Las uniones o las alianzas políticas no llaman la atención siempre que obedezcan a propósitos orientados a mejorar la situación de un país’.
La Asamblea Nacional acaba de destituir a Guadalupe Llori como su presidenta con una votación de 81 legisladores, integrantes de los movimientos políticos UNES, PSC, parte de Pachakutik y de la Izquierda Democrática. Esta destitución, no cabe duda, es parte de su evidente intención de desestabilizar al país, lo que motiva que tenga un 84 % de rechazo popular y que el imaginario popular tenga derecho a sacar sus deducciones.
En primer lugar, esta mayoría en la Asamblea está integrada por sectores políticos hasta ayer enemigos o adversarios irreconciliables, como al país le consta. Mas, de la noche a la mañana se unen sin “beneficio de inventario”, sin que haya para ello proyectos de realizaciones para ponerlos en práctica dentro del primer poder del Estado, Las uniones o las alianzas políticas no llaman la atención siempre que obedezcan a propósitos orientados a mejorar la situación de un país. Pero unirse de la manera como se han unido estos movimientos no tiene explicación, y menos justificación. La pregunta que se hace el hombre de a pie es ¿qué gana Ecuador destituyendo a Llori y colocando a Saquicela en su reemplazo? Nada. Pero lo que está detrás de estas actuaciones, se vislumbra, es tener, como ya tienen, mayoría para cual aplanadora, antes que nada oponerse a toda iniciativa que le envíe el Ejecutivo para su estudio y resolución, para que así fracase en su gestión de gobierno. Cuando lo ético debió haber sido que por encima de ambiciones personales se hubiere buscado la formación de un frente nacional para juntos sacar al país de la catástrofe que heredó del correísmo. ¿Hasta cuándo ciertos políticos nuestros piensan y actúan solo en defensa de sus intereses? ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Por qué no miramos hacia adelante? Aprendamos de otros países, que al poner su mirada veinte años adelante han llegado a ser países del primer mundo. Nosotros imitamos a los que quieren sumirlos en la desesperanza. La historia se encargará de juzgar a quienes detienen nuestro progreso.