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2022, año electoral

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Mientras no se legisle en el sentido de que los candidatos a las distintas dignidades deberán tener un nivel cultural alto acorde con sus futuras actuaciones, así como experiencia y que sean honestos...’.

De conformidad con disposiciones legales pertinentes, el CNE en la semana pasada dio inicio al año electoral, toda vez que las elecciones próximas a efectuarse en el país serán el año 2023, en que el soberano irá una vez más a las urnas a depositar sus votos para designar alcaldes, prefectos provinciales, concejales, consejeros, miembros de juntas parroquiales.

Todos los pasos que dé el CNE están bien, pero el problema del país en lo concerniente a las elecciones populares es otro. Mientras no se cambien o reformen a fondo las leyes que regulan estos procesos para que se eliminen los movimientos o partidos políticos que no tengan liderazgo nacional e ideologías; mientras no se legisle en el sentido de que los candidatos a las distintas dignidades deberán tener un nivel cultural alto, acorde con sus futuras actuaciones, así como experiencia y que sean honestos; mientras los partidos o movimientos políticos sean propiedad privada de sus dirigentes para que algunos de ellos los alquilen al mejor postor, como sucede lamentablemente en la actualidad; mientras no surjan líderes o conductores políticos de verdad, que planteen cambios trascendentales para el porvenir del país; mientras los dirigentes políticos piensen en soluciones inmediatistas, en lugar de soluciones a mediano o a largo plazo, siguiendo así los pasos de líderes de otras latitudes que pusieron sus miradas en veinte años adelante para ser ahora primeras potencias en el mundo; mientras los elegidos por voluntad popular desde sus sitios de lucha no depongan ambiciones personales, egoístas y lancen proclamas llenas de odio como demostración de su escasa cultura y de su revanchismo para con la sociedad en la que viven; mientras los electores no se dejen seducir por ofertas u ofrecimientos imposibles de cumplirse por mil razones; mientras todo esto suceda, no podremos decir que los políticos van a salvar al país.

Es hora de una profunda reflexión de todos para que en este año electoral hagamos algo para superar estas graves falencias.