Andrés Isch | Prioridades

Finalmente, animarnos a soñar. Tan urgente como los resultados es la convicción de estar en camino correcto
Arrancamos con una coyuntura política que no habíamos tenido en mucho tiempo: una Asamblea Nacional alineada con el Gobierno y, se entiende, también con el Plan Nacional de Desarrollo. Podemos esperar mucha coherencia en cuanto a la dirección en la que la política pública caminará. El desafío se encuentra en convertir el Plan en acciones concretas, eficientemente ejecutadas, que se traduzcan en una solución para los problemas estructurales sin dejar de dar alivio inmediato a las necesidades ciudadanas más urgentes. Por ello es imprescindible priorizar ciertas políticas que pueden alcanzar simultáneamente ambos objetivos.
Primero, acelerar los esfuerzos por reducir la pobreza multidimensional. Fortalecer los programas de erradicación de la desnutrición crónica infantil, principalmente con dotación de agua segura; fortalecer el desayuno escolar, asegurando alimentos de calidad y cumplimiento oportuno a los productores y proveedores de este; y, acelerar procesos de regularización de propiedad y construcción de vivienda de interés social. Son políticas que llegan directamente a los más necesitados, generan empleo, bienestar y esperanza, al mismo tiempo que cierran brechas para romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza.
Segundo, avanzar en un agresivo proceso concesiones y alianzas. Los recursos privados pueden acelerar el crecimiento, mejorar la calidad de servicios y equilibrarlos a través de una prestación más justa, donde paguen por ellos los que sí tienen condiciones para hacerlo. No es popular cobrar peajes o tarifas, pero se necesita un compromiso de todos para que esos recursos que pueden ahorrase se redirijan hacia las necesidades más urgentes, como seguridad, salud y educación.
Tercero, generar a través del ejercicio del poder un convencimiento ciudadano de que la única vía hacia el futuro está en el actuar ético. Internamente, siendo implacables con la corrupción, y externamente, con valor en la lucha contra la delincuencia organizada, principalmente la minería ilegal.
Finalmente, animarnos a soñar. Tan urgente como los resultados es la convicción de estar en camino correcto. Priorizar acciones y priorizar la esperanza.