En verdad es una triste realidad

Creen que la justicia americana es como la ecuatoriana.

La caricatura del lunes 10 de Joseph me invita a la reflexión, ¡cuánto de verdad tiene! El ciudadano de a pie, que no está comprometido con la politiquería, informal, que no tiene ingresos en relación de dependencia, sin empleo seguro y digno, que no tiene para comer ni educar a sus hijos, debe pagar servicios básicos el día del vencimiento porque si no se lo cortan, ni hablar de la TV por cable que corta el servicio al día siguiente. Del tema impuestos mejor ni hablar, peor de una deuda bancaria o de tarjeta de crédito: lo persiguen, acosan, martirizan, amenazan por teléfono, en su casa, en el trabajo; y le hablan a su jefe inmediato para que este sepa que su subordinado no paga sus obligaciones; y lo peor: sacan orden de bloqueo de fondos de su cuenta en el banco. Pero eso sí, nadie le garantiza que por hacer bien las cosas y estar al día pueda exigir seguridad, para él y su familia. ¿Cuántos sentenciados por corrupción tiene este país, de los últimos tres gobiernos, que han cumplido parte de esa sentencia en prisión y ahora están libres o con medidas cautelares y sustitutivas? ¿Por qué no han devuelto ni van a devolver el dinero recibido por coimas y sobornos durante su corrupta gestión en un cargo público, peor pagar la multa que le impone el Estado por ese acto de corrupción? Porque los sabios y eruditos que hicieron las leyes y reglamentos se olvidaron de ponerlo por escrito, o no pagan porque: ¡no hay prisión por deudas en este país! Pero qué diferente cuando caen presos en el exterior. Allá no dicen: ¡persecución política! Allá tienen que pagar la fianza que les impone el juez si quieren salir y defenderse en libertad. Cantan y devuelven todo, y van a la cárcel; y lo más importante: son expulsados del país. Creen que la justicia americana es como la ecuatoriana.

Roberto Flores