Teresita

Pocas personas que prácticamente no tienen nada que ver con uno pueden estar tan conectadas con nuestra vida cotidiana; sin darnos cuenta pasan a ser parte de ella. Esto no es muy común, son predestinados, uno en un millón. Nos acostumbraste a deleitarnos con tu presencia a 2 planos. Ciertas personas trascienden como por arte de magia y se convierten en seres admirados y queridos. No hace falta retroalimentación, el simple hecho de verlos y escucharlos día a día aunque no sepan ni un ápice de nosotros, hace que se impregnen en lo más profundo de las emociones. Así nacen los héroes silenciosos; no necesitan salvar vidas con superpoderes ni capas voladoras, ni con el lazo de la verdad. Lo hacen con su carisma, don de gente y credibilidad. Así inspiran nuestro sincero respeto. Una superestrella que se inició en la pantalla chica y finaliza en una pantalla gigante nos dice adiós. Que su ciclo terminó; que no tener un plan preparado es su mejor plan; que le va a dedicar más tiempo a lo más sagrado: la familia. Teresita, esta familia que ha estado del otro lado del cristal más de 42 años te va a extrañar. No vamos a tener más espacios donde saborear las noticias con tu característico estilo y encantadora voz. No tengo el honor de ser tu amigo pero me atreví a escribir con toda la sinceridad de un telespectador agradecido. ¡Éxitos futuros!

Roberto Montalván Morla