Muchos son los cómplices y encubridores

Se tiene que purgar al Estado de esta clase de falsos funcionarios

El delito es un acto antijurídico que tiene autores y puede tener cómplices y encubridores; tiene que ser sancionado por las leyes. Desde 2015 la ONU aprobó la clasificación internacional de los delitos. La corrupción fue el delito con mayor atención, y el tráfico de droga y trata de blancas. Nuestro país es objeto de observación por organismos internacionales con respecto a estos delitos; se están ejecutando investigaciones y procesos penales en forma principal con la corrupción, cometidos por no pocos exfuncionarios públicos. Salen a la luz los protagonistas, en algunos casos condenados; seriamente debemos decir que estos debieron tener cómplices y encubridores, solos no pudieron cometer tantas atrocidades al erario nacional. El excontralor de la nación procesado en EE. UU. debió limpiar las glosas por las que cobraba con complicidad de empleados de la misma institución. El jefe máximo no se encarga de las auditorías, controles, borradores o sacar a limpio los informes. La gente que lo respaldó, aupó, celebró, podrá considerarse inocente, ingenua, burlada, pero nadie les cree; son cómplices y encubridores y hasta autores de omisión dolosa. Deberán ser castigados en grados de autoría directa y mediata. Las otros deben ser acusados de cómplices al facilitar, cooperar y secundar fechorías. Los encubridores que le dieron albergue en el sistema financiero, político y académico también tienen que ser condenados. Se tiene que purgar al Estado de esta clase de falsos funcionarios. 

Ab. Franklin Lituma Manzo