Señor presidente, al ritmo que va...

Me siento totalmente decepcionado con el desarrollo de las gestiones del actual gobierno. Es lamentable que el señor presidente comenzando con tantas promesas solo haya cumplido parcialmente en la vacunación, con preferencia a médicos y afines a la salud, después a los benditos presos y al pueblo que se siga muriendo. Se desataron las mafias de negocios con las vacunas y hasta la fecha ningún sancionado. Usted esta rodeado por muchas pirañas del correísmo que pululan con juicios pendientes y a todo eso se agrega Pachakutik, lleno de elementos que no saben hablar español. Uno de ellos dijo públicamente que roben bien y no se dejen pillar, ¡qué descaro! Y para completar la mayoría en el Congreso, la Izquierda Democrática y su pana el socialcristiano, se alió a sus detractores. ¡Semejante traición! Con todos estos antecedentes, usted está frito, tiene que hacer alianzas con todas estas pirañas incompetentes. Al ritmo que va no cumple nada más de lo que prometió y siguen con pactos, ahora dando libertad a uno de los monarcas de las bandas criminales con el indulto. Y va uno y van más, porque usted tiene minoría y no aplica la muerte cruzada. Con la idea de liberar a todos los enfermos catastróficos, los nuevos delincuentes estarán alojados como en hoteles de lujo pues ya empezaron un nuevo sistema: conseguir reportes médicos que indiquen que padecen de enfermedades catastróficas falsas. Para las futuras elecciones deberían exigir que el aspirante a cargo público posea título académico, no maestrías fantasmas que los mafiosos consiguen. Hay que eliminar tanto partido político que, por mandato de la ley, tienen el auspicio del Estado (nuestra plata). El señor vicepresidente se paseó por los hospitales y hasta la fecha hay total carencia de medicina; puro cuento y bien gracias.

Que nuestra alcaldesa se retire y dé paso a otra persona con capacidad. A Guayaquil la deberían dividir en tres distritos e incrementar la caballería policial, portando látigo, fusil, revólver y gases; incrementar policías en moto; anular las UPC que no sirven para nada.

Señor presidente, al ritmo que va se lo comen, no le haga más daño al pueblo ecuatoriano cediendo todo. Derribe el pabellón ocho de la Penitenciaria porque todas las armas las tienen bien escondidas, hasta en los desagües.

Antonio Abad