Mano dura a los conductores

Considero absurdas y ridículas las quejas de transportistas, choferes, usuarios que consideran un obstáculo los muros amarillos que delinean el recorrido de buses. En el día los vemos con claridad, y de noche, nuestra memoria nos dirá donde están situados. El problema es que los conductores no respetan nada; quisieran todo el ancho de la calle para ellos. No acatan normas, no respetan leyes, se meten por donde les da la gana y los muros afectan a su idiosincracia sin Dios ni ley. Aplaudo a la Comisión de Tránsito que obliga a cumplir la ley. El país cambiará cuando se use mano dura con todos, nos guste o no. ¿Hasta cuándo seguimos siendo un país del “a mí me da la gana”.

Martha Jurado Rodríguez