Manicomio parlamentario
Mientras tanto el país contempla atónito el desagradable espectáculo diario del manicomio parlamentario
El caos total y a tiempo completo que se vive en la Asamblea Nacional hace temer con fundamento que los honorables legisladores están completamente orates, por lo que bien podrían alegar a su favor que padecen una enfermedad catastrófica. Mientras tanto el país contempla atónito el desagradable espectáculo diario del manicomio parlamentario, que a todas luces no tiene plazo para concluir ni por el ministerio de la ley. La directora (léase presidenta) del manicomio (léase Asamblea) no logra poner fin al aquelarre que los locos (léase asambleístas) están protagonizando, supuestamente en cumplimiento a lo que manda la Constitución y la ley. La 'señito' que se desempeña como presidenta de los alienados emplea la mayor parte de su tiempo defendiéndose de la persecución que le han montado algunos que andan 'pachakuteando' (los rebeldes), otros que andan unidos (los de UNES), solo para las maldades, y los 'cristianos' que no tienen nada de sociales. A la espera de que este circo de mal gusto termine lo más pronto posible, el país les agradecerá debidamente que vuelvan por el camino de la sensatez y la cordura, a la vez que procuren instruir a la 'seño' que no interponga acción de protección en la corte celestial, que seguramente no será concedida por ser un recurso estrictamente terrenal.
Dr. Guillermo Pérez de Castro