La IA no debe sustituir al maestro, sino potenciar su labor

Universidades públicas y privadas experimentan con herramientas como ChatGPT, Gemini o Turnitin

La inteligencia artificial (IA) ya no es ciencia ficción; está en nuestras aulas virtuales, aprendiendo y enseñando junto a nosotros. Su presencia en la educación superior, especialmente a distancia, transforma la forma de aprender y enseñar.

En Ecuador, universidades públicas y privadas experimentan con herramientas como ChatGPT, Gemini o Turnitin, que prometen personalizar la enseñanza, ahorrar tiempo a los docentes y apoyar a los estudiantes. Pero, ¿estamos realmente preparados para convivir con la IA?

Aunque los docentes usan estas herramientas más que los estudiantes, muchos jóvenes se sienten inseguros o desinformados, evidenciando una brecha digital. La IA no solo automatiza tareas; también cambia la relación profesor-alumno, convirtiendo al docente en guía del pensamiento crítico, algo que las máquinas no pueden replicar.

Persisten barreras como la falta de capacitación, escasez de recursos y el miedo a ser reemplazados. La IA no debe sustituir al maestro, sino potenciar su labor. La verdadera revolución educativa depende de formar personas capaces de usar la tecnología con criterio, ética y creatividad.

En definitiva, la IA puede ser gran aliada de la educación si se integra con responsabilidad. El reto no es que la máquina piense por nosotros, sino que nos ayude a pensar mejor.

Roberto Camana-Fiallos