Kentucky seco

Le había atravesado el ojo hasta el cerebro

Quiero comenzar esta reseña desde el final hacia el principio, desde atrás hacia adelante. En el Epílogo del libro titulado A palo seco, Chris Offutt nos cuenta su proceso de escritura. Revisó los cuentos exhaustivamente, en ocasiones hasta tres o cuatro veces por día, depurándolos y suprimiendo un tercio del total de cada texto. Offutt quería escribir un libro que narrase la vida de los habitantes de los Apalaches alejándose del estereotipo del campesino bonachón: “Mi objetivo era brindar un libro a la gente de casa, un libro sobre nosotros, no sobre ellos; un libro en que los lectores de las montañas pudiesen por fin reconocer su cultura sobre el papel, con un lenguaje que pudiesen entender, sin condescendencia”. Kentucky seco está integrado por nueve relatos, publicado originalmente en EE. UU. en 1992; recién arribó al mundo literario en español en 2019. Offutt narra en sus cuentos la vida diaria de la gente del estado de Kentucky, usando un lenguaje directo, a ratos crudo, a veces tierno, pero siempre sin miramientos de ningún tipo, apegado en todo momento a la realidad. Son cuentos muy bien escritos, donde navegan la crudeza de las relaciones interpersonales, el dolor que puede causar un accidente de una grúa, o la preocupación que ocasiona en un matrimonio el juego de niño del esposo que prometió casarse con la comadrona del pueblo, que ahora los acecha en las noches frías. Sirva de ejemplo para ilustrarlo, este fragmento: “Treinta años antes, la primera mujer de Casey murió al día siguiente de casarse. Había salido a darse una vuelta por la propiedad en busca de un buen sitio para plantar el huerto y Casey la encontró luego bajo un árbol con una rama partida incrustada en la cara. Le había atravesado el ojo hasta el cerebro”.

Pablo Virgili Benitez