Igualdad: fugaz meta

Un gobierno en que ninguno de los tres poderes tiene superioridad sobre el otro. Lamentablemente, la joya jurídica que es la Constitución ha sufrido cambios a manos de quienes afirman que la misma es un instrumento viviente y, por lo tanto, sujeto a interpretación.

La frase de “libertad, igualdad y fraternidad” apareció por primera vez como derecho humano en un discurso pronunciado por Maximiliano Robespierre sobre la organización de las milicias nacionales en 1790, dentro del contexto de la Revolución Francesa. Asimismo, en la Declaración de Independencia de Estados Unidos, adoptada el 4 de julio de 1776, se estipula que: “Todos los hombres son creados iguales, y son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. En la constitución americana, escrita en 1787, los Padres Fundadores introdujeron el concepto de “igual justicia bajo ley”. ¿Qué quisieron decir con esta frase? Que tanto el gobierno como sus líderes deben de obedecer la ley. Que en este país no hay reyes ni emperadores. Si hay un rey es el pueblo soberano que ejerce su poder por medio de representantes seleccionados a través de elecciones. Los redactores de la Constitución quisieron crear un gobierno administrado por las leyes, no por hombres. Un gobierno en que ninguno de los tres poderes tiene superioridad sobre el otro. Lamentablemente, la joya jurídica que es la Constitución ha sufrido cambios a manos de quienes afirman que la misma es un instrumento viviente y, por lo tanto, sujeto a interpretación.

Alfredo Cepero