Fenómenos de abducción en Ecuador

Llamó mi atención una noticia: “Un inusual suceso se dio en una localidad argentina, donde una mujer fue reportada como desaparecida por casi 24 horas, en lo que se cree es un caso de abducción extraterrestre”. No hay explicaciones creíbles. Risible u odiosa mi opinión sobre la ocurrencia de un fenómeno ufológico, esotérico o extrasensorial que, en buen romance, significa que no se puede comprobar. Algo parecido ocurre acá… Tras muchos años de incertidumbre en la política del país nos fuimos percatando de que los fenómenos de abducción son posibles dependiendo del funcionario y la cantidad de dinero que se quiera desaparecer: abracadabra, pata de cabra, ¡vámonos! Y ya estaba todo en cuentas en paraísos fiscales o invertidos en lujosas propiedades, fructíferos negocios anónimos en países que prohíben y al mismo tiempo se benefician de esas truculencias. Mecanismos muy similares ocurren con personas que no desaparecen pero disfrutan con holgura de los sacrificios realizados en favor de las masas desposeídas mediante programas sociales que embelesaron a incautos. Las máquinas abductoras se encuentran fuera y dentro del país. En nuestro medio las personas no desaparecen, se declaran perseguidos, acosados por un sistema perverso y gracias a la permisibilidad de las leyes permanecen escondidos o disfrutan de los réditos que les concedió su deseo vehemente de hacer un país sin pobres. Da la sensación que empezaron por ellos mismos. Igual que en los fenómenos ufológicos, muy pocos digerirán estas extrañas abducciones.

Ricardo López

González