La denigración política

Por dignidad yo votaré por la propuesta adecuada y la calidad moral del candidato.

En una sociedad donde lo ridículo se hace viral, no me sorprende la denigración política. Hacen cualquier cosa por un voto. ¿El fin justifica los medios? No, no, y no, porque se pierde la dignidad.

Hay una competencia por captar la atención, así el sainete de lo grotesco entra en escena. Los candidatos como actores de su propia película proponen una comedia de insultos a la inteligencia, y el pueblo que no piensa cae en la trampa.

¿Dónde están la seriedad y la sensatez? Quedaron como un recuerdo de un buen político. Hemos permitido que la liviandad nos manipule.

Los políticos han adquirido la costumbre de victimizarse para obtener réditos. No hay una sana exposición de las ideas. El juego sucio es la herramienta de debate; somos los espectadores de dimes y diretes, y en el combate político se da el golpe bajo. Hay el riesgo latente de elegir al menos idóneo.

¿Por qué los políticos hacen mofa y el ridículo para ganar votos? ¿Por qué votamos por los políticos chistosos? ¿El pueblo recibe lo que merece?

Por dignidad yo votaré por la propuesta adecuada y la calidad moral del candidato.

Agustín Romero