La culpa no es del sismo

La comunidad construye sus viviendas y edificios en forma empírica, solo con el albañil 

El sismo del 18 de marzo 2023, que afectó a la costa sur del Ecuador, no fue quien mató a la gente, sino el hecho de tener viviendas y edificios mal construidos. Vino para fiscalizar la calidad de estos y encontró las mismas falencias del terremoto del 2016, cuyas causas no han sido corregidas:

1.- La técnica está sometida a la política (maldición gitana). La ejecución de la obra pública está al antojo y ambición del político. Antes se hacía en busca de votos, ahora en busca de “comisiones”, es la causa exógena más dañina y de más frecuencia.

2.- Los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) Municipales no tienen un departamento de regulación y control de la obra particular. La mayoría no dispone de especificaciones técnicas generales ni términos de referencia patrón para sus obras, menos para el control de la obra particular.

Los permisos de construcción son aprobados por compromiso no por solidez técnica. Nunca el Municipio hace seguimiento al proceso de construcción y, para colmo, auspicia la construcción informal porque cobra la multa y emite el permiso de construcción sin conocer el estado de la obra. Entre las causas técnicas, esta es la más perjudicial.

3.- La obra pública y particular en todas sus etapas no disponen de control, en los estudios, diseño, construcción y operación; hay fiscalizador, pero no gestión de fiscalización, los profesionales que ejercen no están preparados para cumplir con la función, son improvisados.

4.- Por último, la comunidad construye sus viviendas y edificios en forma empírica, solo con el albañil y, no busca la ayuda de un ingeniero civil, argumenta falta de recursos económicos, sin saber que aunque no haya sismo ‘lo barato sale caro’.

Marco A. Zurita Ríos