Un clamor generalizado

Es un clamor generalizado que, pienso, a todos nos haría felices, incluyendo a estos desalmados engendros del mal que nos mantienen permanentemente en vilo.

En las fiestas navideñas y de Año Nuevo unos se manifiestan eufóricos porque estas significan reuniones familiares y amistosas, mientras otros se sienten tristes y deprimidos por varias razones pero, en fin, todos nos deseamos “Feliz Navidad y próspero año nuevo”, frase que venimos diciendo en forma costumbrista y hasta cierto punto automática. ¡Cuánto no diéramos los seres humanos porque esa consabida frase expresada en estas fechas se cumpliera a rajatabla!

La Navidad, a decir de los católicos y otras religiones, representa el amor que Jesús practicó desde su nacimiento, y nos enseñó a través de esta resumida frase: “Amaos los unos a los otros”; sin embargo, al parecer, algunos no lo entendieron. Lastimosamente, estamos viviendo en un mundo materialista y desamorado, donde los valores están involucionando y la corrupción, la deshonestidad y la delincuencia campean. ¿Será que la delincuencia, al menos por estas épocas, se da una tregua y nos da un respiro para poder celebrar este magno acontecimiento en forma pacífica y tranquila? Es un clamor generalizado que, pienso, a todos nos haría felices, incluyendo a estos desalmados engendros del mal que nos mantienen permanentemente en vilo.

Lic. Fabiola Carrera Alemán