Romina llegó a tiempo al terminal terrestre de Santa Elena para despedir a su amigo rumbo a Norteamérica, con la promesa de mandarla a ver más adelante.

Franklin tomó la decisión de irse del país ante la inseguridad, falta de trabajo, corrupción y situación económica, deseando alcanzar el sueño americano.

- Te llamaré. Al llegar a Nueva Jersey, no lo dudes.

Romina esperó impaciente la llamada, semanas, meses y luego años, pesando que su amigo se había marchado de manera legal. No fue así, el muchacho tomó la ruta dirigida por un coyotero, teniendo que pasar por Darién, y ruta terrestre por Centroamérica, hasta llegar a México. En la maldita ruta el muchacho desapareció, nadie sabe en qué tramo del viaje se quedó, el coyotero jamás contestó.

Pasó el tiempo y nadie conoce el paradero de Franklin; es uno más de la lista de desaparecidos que se perdió en el camino, y muchos desean seguir este destino.

Evelio Reyes Tipán