Cartas de lectores | Homenaje a la maestra y pianista Jenny Estrada Ruiz

El anhelo de Jenny fue que niños y jóvenes aprendieran el pasillo

En días pasados, en el Teatro Centro de Arte se rindió homenaje a la gran pianista y fundadora de la Escuela y Museo del Pasillo, Jenny Estrada Ruiz. El mentor de este homenaje fue el gran pianista Marco Antonio Aguirre, alumno de piano de Jenny. Con palabras muy emotivas presentó el acto, recordando el potencial que vio en él su abnegada maestra, lo cual lo motivó a seguir la especialización de piano. Marco Antonio es hoy maestro de piano de las escuelas del Centro de Arte y del conservatorio Sergei Rachmaninoff.

El anhelo de Jenny fue que niños y jóvenes aprendieran el pasillo, género musical que Marco Antonio ejecutó al piano con el acompañamiento de su esposa, la gran cantante Claudia Lecaro Lanchang, mezzosoprano. Ella es maestra de canto lírico y popular. Estudia en la Universidad italiana y Academia Internazionale Lírica y Pianista Umberto Giordano.

Asimismo, Marco Antonio invitó al homenaje a la gran maestra ucraniana Oleksandra Danylchenko, soprano lírica y pianista, quien también deleitó con hermosos pasillos ejecutados en el piano y con su canto. Ella da clases de piano, en la UEES y en la Academia Lírica Umberto Giordano.

Fue un programa hermoso, como se merece Jenny. El salón estaba lleno, todos recordando a la historiadora y fundadora de la Escuela del Pasillo. Nos preguntamos los guayaquileños que admiramos su labor en esa escuela a la que dedicó todo su amor y tiempo, por qué no existe allí una fotografía de ella, que debería de estar al ingreso.

Marco Antonio entregó al nieto de Jenny un reconocimiento por la trayectoria y méritos de su abuela, cuya pasión y dedicación a nuestra cultura lograron enriquecer nuestras vidas. Su incansable trabajo como investigadora y escritora dejó un legado invaluable al preservar la historia y tradiciones que forman la esencia de nuestro pueblo. Su aguerrido y ferviente espíritu vive en cada historia que compartió y en cada corazón que tocó. Gracias por su luz, su sabiduría y por inspirarnos a valorar y proteger nuestro patrimonio.

Laura Esther Gómez Serrano