Cartas de lectores | Gracias a EXPRESO por revivir el tema del rescate del Salado

Al actual Municipio se le pidió tumbar esos galpones para recuperar la naturaleza, pero allí siguen

Felicito a Diario EXPRESO por su publicación “Apuntar a recuperar el estero Salado, el gran reto en Guayaquil”.

En el ingreso a Urdesa construyeron la Plaza Guayarte -que de arte nunca tuvo nada, fue un patio de comida-, dañando el acceso que teníamos, gracias al puente Zigzag, a un espacio ecológico. Era paso obligados de estudiantes de la universidad Católica. Caminando, cruzábamos espacios verdes hasta llegar al puente Cinco de Junio. Al actual Municipio se le pidió tumbar esos galpones para recuperar la naturaleza, pero allí siguen. Ya no existen ni las regatas de botes que se hacían en ese sector. En el brazo del estero que bordea la universidad Casa Grande (un chambero vive en los bajos del puente que une Urdesa con el centro comercial Albán Borja, quien lo contamina desde hace años) y el parque de las calles Ilanes y Costanera en Urdesa Central, de tarde en tarde hacen limpieza sin lograr nada; está seco y la poca agua es verde. El que une Urdesa con Miraflores por la calle Jorge Pérez Concha y por V. E. Estrada, en iguales condiciones. En el que menciona el cronista Andrés García, de EXPRESO, se hacían paseos en yate. Esperamos que las autoridades se hagan eco de lo que dijo la arquitecta mexicana Lourdes Aburto hace 17 años: que Guayaquil es un golfo y un biotopo al que entra agua salada y dulce, lo que lo hace único en el mundo. Por eso hay que rescatar el ecosistema y para poder recuperar y valorar los esteros y la zona de los manglares se los debe clasificar y darles su valor histórico. Son un patrimonio intangible de 3.700 hectáreas llenas de fauna y flora, y defienden a Guayaquil para que no se inunde con los fuertes inviernos. Para el profesor Luis Albán, docente de Turismo de la Universidad Católica, ciertos ramales del Salado en Urdesa podrían ser navegables para observación del manglar y aviturismo. Para la ambientalista Karina Molina es vital que se apliquen técnicas de oxigenación y se reubique a las familias asentadas en sus orillas. Posiblemente las cartas de lectores publicadas en EXPRESO abordando el rescate de los brazos del estero no las leen ni las autoridades municipales, ni las de Ambiente. Los guayaquileños esperamos que el reportaje de EXPRESO halle eco en ellas para que nuestros hijos, nietos y bisnietos puedan en poco tiempo disfrutar de lo que nosotros de niños y adolescentes tuvimos: un estero Salado de aguas limpias, donde poder disfrutar de la naturaleza.

Laura Gómez Serrano