Cartas de lectores | Poder celular

Casi no despegan la mirada de la máquina e intentan ejecutar otras actividades mientras su visión permanece atrapada

Hemos sido invadidos por una multitud de seres cuyas mentes han sido subyugadas por alguna entidad desconocida. Están en todas partes, en sus casas, en las calles, caminando o manejando. Sus mentes han sido secuestradas por un aparato rectangular de 15x7 cm que sostienen en su mano izquierda, a escasos 20 cm de sus globos oculares. Casi no despegan la mirada de la máquina e intentan ejecutar otras actividades mientras su visión permanece atrapada y sometida. El aparato emite luces, imágenes y voces que embelesan y arrebatan los sentidos a sus esclavos, quienes circulan atontados, con el cerebro abducido por imágenes que parecen causarles indecibles placeres. Esa poderosa fascinación les impide pensar, mirar por donde van, manejar con cuidado e incluso caminar sin tropezar. De vez en cuando acercan el dispositivo a su oreja izquierda para recibir instrucciones de etéreos personajes con quienes hablan, ríen e intercambian mensajes esotéricos. El artilugio funciona también como máquina de escribir, por lo que se los puede ver concentrados, pulsando minúsculas teclas a increíble velocidad, dibujando palabras sin ortografía o jeroglíficos que solo ellos entienden. Quienes sufren de este encantamiento son víctimas propicias de un severo aislamiento que les impide conectarse con el resto de la humanidad que los mira con resquemor. Ajenos a su entorno, no saben que cargan en sus manos un utensilio que roba a las personas el inmenso placer del contacto humano y el deleite de mirar directamente a los ojos del interlocutor.

Gustavo Vela Ycaza