Cartas de lectores | Las remesas en el Ecuador
Las remesas cumplen su propósito en el país al atender las necesidades básicas de las familias receptoras
Las remesas que recibe Ecuador han tenido un crecimiento constante año tras año; ni siquiera la pandemia de Covid-19 en 2020 impidió que aumentaran respecto a 2019. Cobraron notoriedad especialmente desde el proceso migratorio de fines de los 90, cuando más de un millón de ecuatorianos salieron del país por la crisis económica y financiera, teniendo como principales destinos España, Italia y Estados Unidos, este último históricamente receptor de migrantes ecuatorianos.
En el primer semestre de 2025, las remesas alcanzaron aproximadamente $ 3.800 millones, un crecimiento de cerca del 25 % respecto al mismo periodo de 2024. Comparadas con las exportaciones ecuatorianas, podrían ubicarse en tercer lugar, después del camarón y el cacao. Este incremento se debe principalmente a dos factores ocurridos en EE.UU., país del cual proviene el 75 % del total, es decir, tres de cada cuatro dólares. El primero es la política antiinmigrante del gobierno de Trump, que ha generado temor entre los migrantes, incluidos los ecuatorianos, reduciendo el interés por migrar. El segundo factor es la aplicación, desde 2026, de un impuesto para las remesas enviadas desde ese país. Ante estas circunstancias, muchos migrantes buscan enviar la mayor cantidad posible, por lo que se estima que las remesas en 2025 bordeen los $ 7.000 millones, frente a los casi 6.400 millones de 2024, lo que representa un crecimiento cercano al 10 % anual.
Las remesas cumplen su propósito en el país al atender las necesidades básicas de las familias receptoras, financiar vivienda y educación, en especial en provincias como Guayas, Pichincha, Azuay y Cañar, según el Banco Central del Ecuador. Sin embargo, es fundamental ampliar su impacto mediante una cartera de proyectos público-privados, a nivel local y nacional, que canalicen estos recursos como inversión productiva. De esa manera, las remesas podrían generar un efecto multiplicador en la economía, más allá del consumo inmediato.
Jorge Calderón Salazar