Cartas de lectores: Guayaquil, cuna de libertad y progreso

Porque siempre será Guayaquil por Guayaquil. Guayaquil por la patria

Guayaquil, desde sus inicios, ha sido faro de libertad para el país y la región, cuna de próceres que entregaron su vida por los ideales de libertad y progreso. Al celebrar 205 años de independencia es oportuno recordar lo que representa esta ciudad pujante y altiva, que ha forjado su presente y construye su futuro con esfuerzo. 

Un 45% de su población es menor de 25 años, lo que genera demandas de servicios educativos, salud y empleo. Esta juventud es la fuerza productiva que sostiene la competitividad local y nacional. El 70 % tiene educación secundaria, menos de 2% no cuenta con instrucción formal y 15% ha alcanzado estudios universitarios o de posgrado, reflejando desafíos en cuanto a personal calificado para el futuro. 

La ciudad es considerada motor económico del país, aportando una cuarta parte del PIB. El comercio representa el 48% de esta cifra, seguido por manufactura, salud, finanzas y construcción. Guayaquil es la principal puerta de entrada y salida del país: 88 % de transacciones no petroleras pasan por aquí, y concentra el 24 % de las empresas ecuatorianas, según la Superintendencia de Compañías. El 30 % de los nuevos emprendimientos están ligados al comercio, seguidos por servicios profesionales con creciente diversificación. Según el SRI, Guayaquil genera 40 % de las ventas minoristas del país y 23 % de las mayoristas. 

Cuatro de las 10 mayores empresas están en la ciudad, que alberga más de 27.000 microempresas, 10.000 pequeñas, 2.000 medianas y casi 800 grandes. En remesas recibe una quinta parte del total nacional, impulsando el consumo y reflejándose en vivienda, alimentación y educación. Aporta 35 % de los tributos recaudados a nivel nacional, y nueve de cada $ 10 recaudados en la provincia provienen de la ciudad. Su mercado laboral muestra mayor formalidad que el promedio nacional (48 % frente a 36 %), con principales fuentes de empleo en manufactura, comercio, transporte, construcción, servicios administrativos, hospedaje y alimentación. Esto evidencia que la ciudad depende más de su gente que del sector público.

Hoy enfrenta grandes desafíos, pero en ellos forja su identidad. Su liderazgo político, económico y social debe expresarse a través de sus ciudadanos. Las actuales y futuras generaciones tienen la responsabilidad de fortalecer su legado, buscando siempre un mejor porvenir. Porque siempre será Guayaquil por Guayaquil. Guayaquil por la patria.

Jorge Calderón Salazar