Cartas de lectores | Fin del clientelismo electoral
Esta prostitución política buscaba ‘romper la espalda’ de la democracia y sembrar el caos
Bienvenida la reforma que quita el corruptor financiamiento electoral con plata pública. La intención tras esta ley ‘progre’ era sembrar redes clientelares (‘agradecidos’) con campañas subsidiadas, pagadas con nuestros impuestos. ‘Estatizar’ la campaña no da ‘igualdad’ de ser electo, como mienten los populistas. Al contrario, teje telarañas mercantilistas de ‘favores’ por migajas estatales. Al mismo tiempo, desvía exiguos fondos fiscales. Por eso todos eran candidatos. La propaganda les salía gratis, aun sin chance de ganar. Lo peor: sábanas de partidos de alquiler en vez de papeletas. Esta prostitución política buscaba ‘romper la espalda’ de la democracia y sembrar el caos. Autoridades electas sin mayoría del 51 % desde el origen carecen de gobernabilidad legítima. Hay alcaldes y prefectos electos con 25 %. Mantener empresas electorales parásitas era burla diabólica. Los hospitales necesitan medicinas, en el campo lloran por caminos vecinales, en las escuelas faltan bancas y las calles claman por policías.
Paúl Tapia Goya