Carta de lectores | ¿El Municipio de Quito y el posporno?
La capilla donde se presentó la obra es el lugar donde se conservan por riqueza patrimonial e histórica
Se dice que el posporno es un movimiento activista que por medio del arte busca trastornar el orden establecido en cuanto a la sexualidad a través de reinterpretaciones de la pornografía.
Eso es lo que al parecer ha promovido el Municipio de Quito a través de la obra teatral que combina performance y posporno: “Aristócratas: crónicas de una marica incómoda” (sic), presentada en el Museo de la Ciudad, ¡dentro de la capilla y sin censura de edad!, en el mes de noviembre.
Cabe resaltar que el museo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es un lugar que en la época de la independencia representaba el máximo de la clemencia.
La capilla donde se presentó la obra es el lugar donde se conservan por riqueza patrimonial e histórica, imágenes y otros elementos propios de la religiosidad cristiana del tiempo de la colonia.
Parece oportuno preguntarnos si tiene sentido el que nuestras autoridades utilicen impuestos ciudadanos para promover una propuesta cultural que pretende ampliar el imaginario pornográfico y sexualizar el habitar del espacio ecuatoriano.
¿Acaso no se podría decir que eso es como faltar al deber de custodiar el orden público, más allá de un atropello al espíritu de nuestra nación?
El alcalde de Quito ha pedido disculpas y dice no ser responsable de lo sucedido, ya que no está al tanto de todo lo que se presenta en el museo.
Esperemos entonces que busque al responsable y tome las medidas pertinentes para que no se vuelvan a repetir atropellos de esta índole, que arremeten contra la fe religiosa que profesan más del 95 % de los ciudadanos ecuatorianos, irrespetan sitios emblemáticos y atentan contra el apropiado desarrollo del carácter moral de nuestra sociedad, nuestra cultura y tradiciones patrias.
Estela Zea