Auditoría y fiscalizaciones en ciudadelas privadas

En Villa Club han crecido muchas escuelas de diferentes disciplinas: natación, bailoterapia, tenis, etc., donde se solicita por redes alumnos, luego de lo cual el profesor cobra sus servicios sin entregar recibos o facturas.

Existe clamor en miles de familias que viven en ciudadelas privadas alrededor de la Av. León Febres-Cordero y en la vía a Samborondón. Las directivas de estas urbanizaciones no respetan normas, leyes, ni reglamentos creados por el Miduvi para promover ambientes saludables y solidaridad entre sus habitantes. Si bien es cierto que cada urbanización es autónoma en su administración, como comunidad debemos respetar leyes y reglamentos en bien de la paz ciudadana y nos asiste el derecho de reclamar ante el abuso de seudodirigentes enquistados en directivas manipuladas con afán de sacar provecho personal económico, dejando a un lado la ética, valores, el espíritu de confraternidad comunitaria. Hay juicios a presidentes de varias urbanizaciones por apropiarse de dineros públicos. En Villa Club han crecido muchas escuelas de diferentes disciplinas: natación, bailoterapia, tenis, etc., donde se solicita por redes alumnos, luego de lo cual el profesor cobra sus servicios sin entregar recibos o facturas. Lo indignante es que las áreas deportivas son alquiladas o entregadas a un profesor que no vive en la urbanización para que dé clases también a alumnos extraños. Propietarios, junto con autoridades del Miduvi deben revisar y actualizar reglamentos internos y promover auditorias y fiscalizaciones de los últimos directorios, que quienes vivan en la urbanización tengan voz y voto en las asambleas respectivas, y castigar a los seudodirigentes.

Dr. Héctor Panta Chica