Ni poco ni demasiado

Si somos muy ricos podemos olvidarnos de Dios; si muy pobres, renegar de Él. Ni poco ni mucho, todo en su medida (Prov. 30). Adaptando este proverbio a la política, el próximo presidente no debe enriquecerse mucho ni tener demasiados poderes que lo vuelvan soberbio y se olvide del pueblo; pero sí los suficientes (en armonía con las demás funciones del Estado) para que pueda cambiar el rumbo del país y no ser solo un buen administrador. Presidentes, burócratas de la función Ejecutiva, ya tuvimos y pasaron sin pena ni gloria; necesitamos un verdadero líder que ejecute su proyecto sin obstáculos, sin que diga que la oposición no lo dejó gobernar” o que el pueblo no lo apoyó.

Miguel Ulloa Paredes