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Petunias
Integrantes de la banda de punk Petunias.Archivo

Petunias: Denuncia social, diversión y euforia

La mirada femenina en la escena subterránea ofrece nuevos enfoques, de fondo y de forma. Este cuarteto nos habla de su propuesta.

Quienes hacemos esta sección sentimos que estamos en deuda con nuestros lectores: no hemos mostrado como se debe toda la diversidad del aporte femenino al movimiento subterráneo.

Decididos a enmendar esa falencia, esta semana conversamos con Petunias, banda guayaca de punk hardcore, que desde su creación en 2021 ha tenido una intensa actividad en conciertos en Guayaquil y Quito.

Abordamos con ellas la importancia del mensaje en el punk, más allá de toda la parafernalia que rodea esta forma de expresión artística.

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Vivir el punk de otra manera

Antes de formar la banda ustedes han estado vinculadas a la escena como público y trabajando en otras formas de arte. ¿Cómo surge el deseo de crear su propia música?

Helen: Yo quería gritar contra el sistema, el abuso de poder, la falta de respeto a las mujeres, la inseguridad. Siempre quise tener una banda, hasta que con Rafaela se logró esa conexión. Hay que conectar realmente con alguien para poder armar un grupo.

Rafaela: Es que cada quien tiene sus propias obligaciones, por lo que incluso coordinar un ensayo a la semana puede ser problemático. Pero si encuentras a las personas correctas, todo fluye. Y ese es nuestro caso.

La participación femenina en el punk HC no ha sido tan numerosa, pero hay varios ejemplos. ¿Cuáles son los referentes de Petunia?

H: En mi caso como vocalista, Fértil Miseria, I. R. A. (ambas de Colombia), Silvia Resorte (de Último Resorte, de España), Desechables (España). Son bandas con mujeres que muestran una actitud e imagen de fuerza y seguridad.

R: En la escena local desde hace muchos años están las hermanas Coronel de Pukarana, Yuliana (Macías) de Piedrazo. Ahora hay otras bandas como Dulces Sueños y hay presencia femenina también en Esputo Catatónico, Lengua Mocha. Me parece genial que más chicas se animen a expresarse, en todas las escenas artísticas. Se ve también en las marchas de protesta en Guayaquil, porque la mayoría son lideradas por mujeres, lo cual me sorprende y me llena de orgullo e inspiración.

¿Cuál sienten que es su aporte a la escena subterránea?

H: Hacer que las chicas sean más fuertes. Lamentablemente no nos han enseñado cómo defendernos, sino solo a callar.

R: También crear letras que visibilicen problemáticas que son ocultadas. Como toda la corrupción en salud durante la pandemia, que marcó muchísimo más las diferencias sociales en la ciudad. Queremos crear conciencia. Y qué más bonito que con la música enterarse de cosas y seguir aprendiendo.

H: Pero también hablamos de lo divertido y lo genial que es disfrutar una noche con amigos, viajar, oír música y conocer nueva gente.

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El punk siempre ha sido un medio de reclamo. Y las mujeres tienen muchos motivos para protestar.

R: Sí, pero no hacemos música solo para mujeres. Muchos hombres se sienten representados con nuestro tema Sales a la calle. Se podría pensar que hablamos solo del acoso que sufrimos las mujeres, pero la violencia no tiene género. A todos nos afecta que si salimos, alguien nos quiera intimidar, robar, matar.

¿Cómo no caer en los radicalismos, sabiendo que también hay hombres que pisotean a otros hombres y mujeres que pisotean a otras mujeres?

H: En el punk hardcore y otros géneros hay hombres que se atacan, quizás porque quieren competir, y lo mismo ocurre con las mujeres. Nuestro enfoque no es competir con nadie, sino expresar todo lo que sentimos y exigir que haya más respeto.

R: La idea no es señalar a los hombres y ponerlos a todos en una misma canasta. Eso no tiene sentido para nosotras.

Ya las nuevas generaciones tienen una mayor conciencia sobre el tema de la equidad de género. ¿Qué cosas se han conseguido y qué falta por lograr?

R: Por ejemplo, amigos míos me han dicho: “Desde que escucho Sales a la calle ya no les grito cosas a las chicas, ni les silbo”. Eso para mí ya es un logro, cuando desde tu entorno más cercano puedes conseguir que haya un cambio de pensamiento. Que se entienda que esa no es la manera de abordar a una persona, porque incomoda. No sé por qué muchos piensan que decir una patanada suena bien o te hace quedar bien. Hace falta mucho, pero podemos lograr ser más empáticos, no tan egoístas. Vivir el punk de otra manera.