Malecón Simón Bolívar
Realidad. La ciudad está consciente de querer un malecón sin muros, en el que se pueda disfrutar del espacio y del río que lo acompaña.CARLOS KLINGER

“Como urbanista no quiero rejas en el malecón, pero su retiro debe ser gradual”

Quitar la cerca, el plan del alcalde electo Aquiles Álvarez, no debe ser inmediato, dicen urbanistas. Para tener luz verde, el Concejo debe aprobarlo

La idea de retirar las rejas del Malecón Simón Bolívar, una de las propuestas del alcalde electo de Guayaquil, Aquiles Álvarez, ha abierto un debate en la ciudadanía; que, por un lado, como la han recomendado por años los arquitectos, están de acuerdo con que las saquen para experimentar esa libertad que ha perdido la ciudad; y por otro, exigen que las mantengan para no poner en riesgo su seguridad.

Malecón 2000

La ciudadanía dividida por las rejas del Malecón 2000

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Temen que los consumidores de drogas o los chamberos, por ejemplo, terminen llevándose hasta los postes de regeneración urbana o bancas que integran el espacio; o vandalizando las áreas infantiles, el mismo Mercado al Río o la fachada del centro comercial Malecón 2000, como lo precisaron en un sondeo que hizo este Diario a través de su cuenta oficial de Twitter.

“Qué más quisiera yo que no haya muros en ningún punto de Guayaquil. Me gustaría experimentar el paseo en un malecón de verdad. Sin embargo, ya sabemos cómo es nuestra sociedad. Por lo que creo que hay que ser cautos aún”, piensa Gabriela Méndez, habitante de la calle Panamá, aledaña al sector.

Tener un malecón sin muros es lo que todos queremos, pero no estamos aún preparados. Entregarle este parque así por así a la ciudad, viendo lo que pasa, el desorden y violencia que hay, no es viable. Hay que trabajar antes en formación humana.

Jhonny Cóndor
arquitecto y planificador urbano

De una forma similar opinan los arquitectos y especialistas en urbanismo Héctor Hugo y Jhonny Cóndor, que si bien en repetidas ocasiones hablaron con EXPRESO de la necesidad de que el Puerto Principal recupere y ponga en práctica el concepto real de urbanismo, que se resume en que los espacios públicos deben ser abiertos, libres, bien iluminados; consideran que la medida debe ser tomada no de forma inmediata, sino que paulatina.

“Como urbanista no quiero saber nada de muros, pero hay que eliminarlos de forma gradual. Primero, hay que fortalecer ese respeto al espacio público que hoy no todos lo tienen. Que la seguridad humana la dará el peatón es un hecho que funciona perfectamente en países donde la conciencia del buen uso del espacio está en un nivel de gran desarrollo. En Suiza, Suecia, Finlandia, Ámsterdam no hay rejas y es lo adecuado. Mas, la sociedad también se comporta de un modo diferente, por lo que primero hay que trabajar en el valor que deben tener hacia la ciudad y, paralelamente, en dar seguridad a través de una serie de mecanismos”, detalla Hugo.

Romper barreras tomando en consideración una mayor seguridad es viable, pero para ello hay que construir un mejor espacio público. En este caso, hay que volver atractivo al malecón, dotándolo de arte, entretenimiento. En las noches incluso el parqueo puede ser gratuito.

Héctor Hugo,
​arquitecto y urbanista
Malecón 2000
Este tipo de situaciones se ha vuelto común en el Malecón. Frente a ello, la ciudadanía exige orden.CARLOS KLINGER
Aquiles Alvarez

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A su juicio, los medios para lograrlo deben ser por fases. Cambiando inicialmente las rejas por una hilera de jardineras de máximo 50 centímetros de altura, para que así queden delimitados los ingresos, generando un orden y protegiendo las áreas verdes. “Hay que recordar que las malas costumbres se contagian rápido, pero las buenas, con esfuerzo y continuidad, pueden desplazarlas. Se trata de marcar los límites y evidenciar las malas prácticas y hábitos con estrategias situacionales y preventivas que involucren tanto a las autoridades como a la comunidad, como el uso de la tecnología, una buena iluminación y las actividades nocturnas”, sostiene, al señalar que podría dar resultado y serviría como imán que en la parte frontal de la estructura haya un corredor gastronómico y comercial.

Sobre si la medida conviene o no a la ciudad y si es viable de ejecutar, EXPRESO consultó a la mayoría de los concejales recién electos, pero solo tres respondieron. Terry Álvarez y July Álvarez, del movimiento Revolución Ciudadana, que defendieron que es válido que retiren las rejas porque la obra por ser del pueblo “debe ser de libre acceso”; y Úrsula Strenge, del Partido Social Cristiano, quien considera la propuesta “arriesgada e innecesaria”.

“Estamos viviendo momentos de mucha inseguridad y violencia, por eso, la propuesta es arriesgada. Efectivamente, necesitamos seguir promoviendo espacios públicos de distracción y encuentros, pero siempre debemos priorizar el bienestar y tranquilidad de los ciudadanos”, argumenta.

Para los otros ediles consultados, que dicen tener claro el escenario que afronta Guayaquil, los cercos, sin embargo, no evitan que haya más o menos delitos. “Los parques, como las grandes metrópolis, deben estar abiertos, deben invitar a que esté ahí la gente. Entre más personas, menos delincuencia... Además, la medida no implica que retiren las mallas y ya. Para eso habrá policías ciudadanos, miles, que deberán tener herramientas disuasivas, como gas pimienta, para prevenir o alertar en situaciones de riesgo; actividades culturales y arte. Esta zona debe reactivarse”, manifiesta Terry Álvarez, quien explica que previo a tomarse alguna decisión, la medida deberá ser analizada por el Concejo Cantonal.

Las rejas no te garantizan que no te suceda nada, lo que hacen es privarte de algo que es tuyo y eso es una privación. Que para ello se garantizará previamente la seguridad, por supuesto; pero las rejas se deben ir.

July Álvarez
concejal de Revolución Ciudadana
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Cóndor, quien anhela que el comportamiento ciudadano a mediano plazo sea otro para dar cabida a una acción de este tipo, exhorta a que más allá de trabajar en el tema de seguridad, “que es más que urgente”, se trabaje en valores.

Malecón 2000
La ciudadanía, pese al temor, habla de la necesidad de que haya libertad para entrar y salir del área, teniendo como vecino al río.CARLOS KLINGER

La medida es necesaria para solo así ser como los parques de las grandes ciudades: abiertos, sin horarios. Pero para eso hay que trabajar en seguridad, que es lo que se hará en esta administración. ¿Cómo? Con tecnología y trabajo permanente con la Policía, la Gobernación, la gente.

Terry Álvarez
concejal de Revolución Ciudadana

“Es nuestro sistema de educación el que debe cambiar. La gente debe querer a su ciudad y sin eso no se podrá hacer nada a mediano plazo... Por lo tanto, quitarle esa sensación de protección, así por así hoy, no es prudente. Guayaquil no está en capacidad de recibir ese lindo parque... Hay que ordenar antes la ciudad: ordenar a los informales, sancionar a quienes roban los bienes públicos. No deben recibir llamados de atención, deben ser sancionados. Y a todos, absolutamente a todos los ciudadanos, hay que enseñarles a cultivar la tierra, su espacio. En algún momento, sí, el Puerto Principal debe ser libre y no tener más muros, pero para esto debemos trabajar en campañas, en una tras otra, y en exámenes que confirmen que hemos adoptado nuevos valores...”, piensa.

Nuestro malecón es un lugar icónico para el sano esparcimiento de las familias. Estamos viviendo momentos de mucha inseguridad y violencia, por eso, la propuesta hoy es arriesgada e innecesaria. Hay que priorizar el bienestar.

Úrsula Strenge
concejal por el Partido Social Cristiano

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Sobre la idea de eliminar las rejas del malecón, estudiantes de Arquitectura; urbanistas y arquitectos, además de académicos, plantearon una serie de propuestas en el concurso de ideas que lanzó EXPRESO para recuperar precisamente el centro de la ciudad; y cuyos mejores proyectos fueron premiados hace apenas dos semanas.

En el torneo, prácticamente todos los postulantes hicieron énfasis en eliminar las rejas y darle incluso vida al río. ¿Cómo? Creando muelles, rutas que faciliten la conexión con el cuerpo de agua y juntando el verde con el río, sin murallas, para que la zona sea más amigable, turística y facilite el encuentro.

Amo la idea, pero es un riesgo. Sin más agentes que resguarden el área y gente que lo respete, no será posible. De qué me serviría quitar los muros, si van a dañar uno de los contados espacios donde el crimen no es tan común como en el resto de sitios guayaquileños.

Keila Manosalvas
ciudadana guayaquileña