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Revisión. Los galenos aconsejan acudir a las unidades de salud cercanas para evitar complicaciones.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Salvo en grupos vulnerables, la influenza no es de gravedad

Aunque médicos piden mantener la calma frente a nuevos casos de AH1N1, dicen que la vacunación es prioritaria. Los contagios pueden aumentar este mes.

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Dos nuevos casos confirmados de AH1N1 en una unidad educativa, en el centro de Guayaquil, pusieron en alerta a padres de familia y autoridades del plantel. Para Washington Alemán, infectólogo y coordinador científico de la Sociedad de Infectología del Guayas, cada vez que se dan a conocer casos nuevos de contagios hay una alarma que, hasta cierto punto, es injustificada en la población.

“El cuadro de la influenza es más severo y sistémico (que un resfriado común), pero es autolimitado y son raros los pacientes que se complican”, comenta el galeno. Añade que, a pesar de que este virus circula en el país desde 2009, aún hay desconocimiento y mitos en los ciudadanos respecto a la enfermedad, que sí podrían complicar su situación.

El mito más grande, menciona, es el de la vacunación. “Hay personas que creen que si se vacunan se van a enfermar más o les va a dar fiebre, y esto es falso”, recalca. Y es justo esto lo que hace que muchas personas eviten las inyecciones y eso sí los vuelve vulnerables ante el virus.

Mildred Zambrano, médica infectóloga del hospital Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia, está de acuerdo con Alemán. Además de este mito, añade que hay personas que creen que con una sola vacunación están inmunes. 

“El virus de la influenza muta todos los años, por lo que la vacuna es modificada cada año y es diferente cada temporada. La vacuna nos protegerá de la cepa particular para la que fue diseñada, que es la próxima, no las anteriores”, explica.

Recalca que siempre será mejor a la prevención, porque si bien la AH1N1 se puede controlar en personas que estén sanas, esta sí se podría complicar en pacientes de grupos vulnerables: niños menores de cinco años, personas mayores de 65, pacientes con enfermedades que debiliten su sistema inmunológico (diabetes, VIH, cáncer, etc.), mujeres embarazadas, etc.

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Zambrano detalla que en esa casa de salud, en la última semana sí hubo un aumento de casos de influenza. “Esta semana hemos tenido al menos 10 casos”, asevera, pero está dentro de los estándares del comportamiento de la enfermedad.

Wilfrido Torres, director de Vigilancia Epidemiológica de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), informó que en lo que va del año se han registrado 120 casos de influenza, 20 casos menos que el año anterior.

A pesar de esto, cada vez que se anuncian contagios, como en el caso de la institución educativa que confirmó los nuevos afectados el pasado 12 de diciembre, hay una percepción de alarma en la sociedad. 

Mario Paredes, epidemiólogo de la Dirección de Sanidad de la Armada del Ecuador, explica que anualmente hay dos picos de la enfermedad: de enero a marzo, y de julio a agosto o septiembre.

Sin embargo, insiste en que durante diciembre, por las festividades propias de esta época, se presenta un aumento del flujo migratorio que propicia la movilización del virus.

“Nosotros tenemos en este momento, ya circulando en el país, el virus de influenza tipo AH1N1 PDM09, que significa la variante 2009, que fue introducida este año. La mayor parte de la población ya ha estado expuesta al virus, por lo tanto la gravedad de los casos no es mayor”, especifica. 

Según el galeno, esto significa que el sistema inmunológico de la población es competente para combatir la enfermedad, salvo los grupos de atención prioritaria, recalca.

Los tres especialistas insisten en la prevención y la vacunación. También aconsejan el cambio de hábitos diarios para frenar los contagios.

“El lavado frecuente de las manos y juguetes (en el caso de los niños) ha demostrado ser la medida más eficaz a la hora de prevenir posibles contagios en escuelas”, argumenta Zambrano.

Paredes pide retomar la tradición de llevar un pañuelo de tela o desechable para cubrir la nariz y la boca al estornudar. 

Por su parte, Alemán insta a que las personas que ya presentan los síntomas (ver gráfico) asistan a una casa de salud para determinar la afección que padecen.

Si los niños presentan esta sintomatología, deben llevarlos a las unidades de salud más cercanas para que les definan el diagnóstico y, de ser el caso, hospitalizarlos.

Mario Paredes,
epidemiólogo