Guayaquil

Las ramas secas de los árboles ponen en peligro al vecindario

La caída de los troncos amenaza a 90 familias de 9 manzanas de la ciudadela Guayacanes.  Estas especies están generalmente en los parques y parterres 

Árboles secos
Los vecinos caminan por el piso de tierra cuarteada del parque que tratan de recuperar a través de la autogestión.Amelia Andrade / EXPRESO

Cuando Raúl Mendoza lleva a su padre a tomar el sol por las mañanas, en el Parque de Los Niños, rodeado por las manzanas 136, 137 y 138 de la ciudadela Guayacanes, que está frente a su vivienda, lo hace con mucho temor.

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Empuja la silla de ruedas con precaución para evitar que las llantas se atasquen en las ranuras que hay en una franja de cemento agrietada, que es el único espacio por donde se puede circular por esa área. Tampoco despega la vista de las ramas y los troncos secos que rodean el parque, porque tiene miedo que le caigan encima.

Solo en ese parque hay siete árboles vetustos con grandes ramas sin hojas que caen con facilidad en ese perímetro, en los techos y cerramientos de las casas aledañas. Mientras que los troncos están inclinados y sus grandes raíces están llegando a las peatonales donde han levantado la calzada.

Igual panorama se observa en el parque Los Olmos, rodeado por las manzanas 158, 159, 160, 169, 170 y 171 de la misma ciudadela, en el norte de la ciudad; así como en las veredas y parterres de otras ciudadelas del norte, como lo ha informado EXPRESO en varios reportajes.

Árboles secos
Las ramas de los árboles han levantado el pavimento de las peatonales de varias manzanas. Hay el temor que afecte a las casas.Amelia Andrade / EXPRESO

“Esto representa un peligro para el vecindario”, exclama preocupado Raúl, quien recuerda que en enero pasado, durante la época invernal, dos troncos se vinieron abajo y varias ramas cayeron encima de los vehículos de los residentes. “Tenemos miedo de que vuelva a ocurrir lo mismo, ya que estamos a pocos meses de que regresen las lluvias y no se ha podido solucionar el problema”, resalta.

Vivimos con el temor de que en cualquier momento caiga una rama o tronco de árbol sobre nuestras cabezas o casas. El Municipio debería venir a podar estos arbustos secos.

Raúl Mendoza, residente de la manzana 138

Su temor se une al malestar de otros vecinos, quienes aseguran que llevan más de dos años pidiendo al Municipio que intervenga este parque, no solo para que poden los árboles de manera técnica, sino también para que lo mejoren.

Las raíces de los árboles se han extendido hasta las calzadas de las peatonales y están levantando el pavimento. Son tan fuertes que da miedo que también vayan a elevar las casas.

Moisés Álvarez, residente de la manzana 136

Paola Pinos, presidenta del Comité promejoras de Guayacanes, lamenta que los niños no tengan un lugar adecuado para jugar y que los adultos tampoco puedan distraerse.

Hace dos años pedimos al Municipio el mejoramiento del parque Los Olmos, nos prometieron que vendrían a inspeccionarlo, pero hasta ahora estamos esperando la visita.

Ibelia Romero, directiva del comité promejoras del parque Los Olmos

“No podemos venir a este parque por el riesgo de que nos caiga una rama de árbol o, peor aún, que se nos venga encima uno de ellos”, explica, al indicar que las raíces de los arbustos están vetustas y eso hace que los troncos estén a punto de caer y ocasionar una desgracia.

Más problemasEl robo de cables y tapas de alcantarillas son otros problemas en la zona. A ello se suma el levantamiento de la calzada que provocan las raíces de los árboles.

En vista de que no han tenido respuesta del Cabildo, los residentes de estas manzanas se han unido para, a través de la autogestión, darle al parque el mantenimiento que necesita.

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“Hemos pintado los bancos y los juegos infantiles y cortamos la maleza con frecuencia; pero necesitamos que mejoren el suelo del parque, cuya tierra está seca y resquebrajada. Además es urgente la poda. Nosotros no podemos hacerlo porque no tenemos la técnica para eso”, enfatiza, mientras recorre el área con mucho cuidado para no caer. Otros vecinos la acompañan para mostrar el olvido en que se encuentra y para hacer un nuevo llamado para que los tomen en cuenta.