Entre el domingo pasado y ayer, en los cantones de las provincia de Santa Elena y algunos de Guayas, cayó una torrencial lluvia que dejó afectadas a decenas de familias.

En el cantón La Libertad (Santa Elena), las viviendas de los habitantes de los barrios Jaime Roldós, 7 de Septiembre, Virgen del Carmen y 24 de Mayo amanecieron con sus salas y hasta dormitorios inundados. Las calles de estos sectores se convirtieron asimismo en piscinas, lo que dificultó la circulación vehicular.

Rosendo Pilay, habitante de Virgen del Carmen, reclamó que el Municipio haya hecho caso omiso al pedido de la ciudadanía respecto a que limpien las alcantarillas. “Este es el resultado de todos los años, nuestras avenidas se han convertido en un río. Nunca hay mantenimiento de nada. Estamos abandonados”, lamentó.

Bomberos, personal municipal y de la empresa de agua potable Aguapen tuvieron que socorrer a las familias que pedían auxilio. En total, fueron 17 viviendas las más afectadas. En los cantones Santa Elena y las comunas del norte, cuyas calles son en su mayoría de tierra, el problema fue similar. Se formó un lodazal por el que ni peatones ni conductores podían movilizarse.

En Guayas, los cantones afectados fueron El Triunfo y Milagro. En el primero, tal como pasó con la península, las fuertes precipitaciones que duraron poco más de nueve horas inundaron varios sectores de la cabecera cantonal. La lluvia cayó acompañada de tormentas eléctricas, sin reportarse daños materiales.

Marcia Lino, habitante del cantón, prefirió no salir con su hija hasta el mercado central porque la lluvia bloqueó las principales calles de acceso al centro de la localidad.

Personal del Cuerpo de Bomberos y de la Empresa Eléctrica indicaron que no hubo llamados de auxilio y que pese a las descargas que soportó El Triunfo, los alimentadores eléctricos no sufrieron daños.

En Milagro, en cambio, los habitantes del sector bautizado como Las Américas 4, quedaron bajo el agua. En el lugar, las familias de las ciudadelas aledañas, debido a la falta de obras, han construido zanjas para evacuar las aguas lluvias que cada invierno también anegaba sus hogares. Con estas improvisadas obras, el nivel del agua baja. El problema, dicen los habitantes de Las Américas 4, es que el líquido es direccionado a su sector, por lo que el escenario se complica.