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Freddy Arízaga circula diariamente por la avenida Plaza Dañín para llegar desde Durán a su lugar de trabajo, en la ciudadela Urdesa.JIMMY NEGRETE

Al trabajo en bicicleta en Guayaquil

Promover el uso de este medio de transporte es tarea pendiente de la ciudad. Por ahora los riesgos son altos, pero hay quienes defienden sus ventajas.

Son pocos, pero existen. Pese a los conocidos riesgos del tránsito vehicular en Guayaquil y la ausencia de ciclovías en la mayor parte de la ciudad, hay personas que a diario se trasladan desde sus casas a sus trabajos en bicicleta.

EXPRESO acompañó a tres de ellos para conocer los recorridos y riesgos a los que se exponen, pero también los motivos y ventajas que encuentran.

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Freddy Arízaga, de 34 años, desde niño siempre ha tenido una bici, pero como medio de movilización habitual la utiliza desde hace ocho años.

Vive en Durán y trabaja en Guayaquil. Todos los días se traslada hasta Víctor Emilio Estrada entre Ficus y Guayacanes, en la ciudadela Urdesa, cubriendo 23 kilómetros en total.

Se demora 25 minutos en promedio (el equipo de este Diario no pudo acompañarlo todo el trayecto porque el carro se atascó en el tránsito).

En automóvil, taxirruta o bus, el tiempo de viaje se duplicaría. No es lo único que ahorra. Si utilizara el transporte público gastaría al menos 62 dólares mensuales en pasajes.

En contrapartida, debe invertir en repuestos para cadenas, tubos, frenos... Pero asegura que esto es un costo menor y promedia los 25 dólares cada seis meses.

Las desventajas o riesgos están en el trayecto. Allí puede ocurrir que algún conductor no respete el ‘pare’ o la vía preferencial en que va el ciclista: o que algún vehículo que va adelante de pronto abra la puerta porque se baja un pasajero.

Su ruta habitual es el puente de la Unidad Nacional, las avenidas Pedro Menéndez Gilbert, Carlos Luis Plaza Dañín, calle Guayacanes y por ella hasta la Víctor Emilio Estrada. Para regresar a su casa toma una ruta inversa similar.

“Los riesgos son muchos. Se debe estar alerta de lo que puede suceder en la calle. El tránsito de ambos lados, adelante, detrás... Estar pendiente del ambiente, porque a veces uno puede estar al cien por ciento concentrado en el viaje, pero hay personas al volante que usan el teléfono celular y no se dan cuenta de su entorno”, dice.

“Los peligros o accidentes más frecuentes son las puertas de vehículos que se abren, el cruce en los semáforos, los huecos en las calles, carros que pasan súper cerca de ti y no guardan la distancia”, coincide Alberto Hidalgo, de 29 años,

Él comenzó a usar bicicleta como medio de transporte para ir a la universidad en 2010. Desde su casa en Sauces 8 le tomaba casi una hora en bus.

“De niño no soportaba demorarme tanto en bus y además de eso el carro hacía una ruta súper larga por San Marino y no había una ruta directa hacia Las Aguas”, explica. Ahora el trayecto de su casa en Sauces a Urdesa central, donde labora, es de 22 minutos. La mayor demora son los semáforos.

Sin ciclovías, ellos extreman la precaución al pasar entre automotores. “A veces tienes que ir entre el carro parqueado y el que te quiere rebasar”.

Diana Patiño, de 36 años, usa la bicicleta como transporte desde hace ocho. Labora en el sur de la ciudad en una productora y vive en la cercana ciudadela Pradera 1. Llegar a su trabajo le toma siete minutos.

La ventaja que ella experimenta al usar su bici en lugar de carros es la sensación de libertad, de independencia, de alegría. “Salir a pedalear es sinónimo de felicidad: se descubre una ciudad diferente a la que se ve desde un carro”.

Otro argumento contra el uso de la bicicleta es el clima caliente de Guayaquil. Hidalgo lo reconoce: “Al principio sudas mucho. Luego, con el entrenamiento, lo haces menos y solo te cambias de ropa al llegar. Pero he tenido la fortuna de que en todos mis trabajos han tenido duchas y me dan la posibilidad de refrescarme”.

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Alberto Hidalgo se traslada desde Sauces 8 a su trabajo, que está ubicado en Urdesa central. Esto le significa un ahorro diario de tiempo y dinero.CHRISTIAN VASCONEZ

Por lo demás, aconseja a quienes quisieran imitarlos llevar agua, herramientas, luces y ‘buff’ (protector) para evitar que el humo afecte la cara.

Y elegir el tipo de bicicleta con el que se sienta más cómodo y seguro. Los tres ciclistas utilizan una ‘montañera’.

Con esa afición común, los tres también comparten preocupaciones y anhelos. Ellos son parte de colectivos de ciclistas que al principio solo se unían para pasear en grupos, pero luego se organizaron para pedir al Municipio la inclusión y la construcción de ciclovías.

“Comencé a grabar mis trayectos y conocí la problemática de la infraestructura: no hay ciclovías. Yo quiero ciclovías en Guayaquil”, dice Hidalgo.

Ella persiste pese a un accidente

Diana Patiño dice que los riesgos a los que se expone a veces son por otros conductores: la velocidad, imprudencia, el pensar “yo primero”, el “apártate que estorbas”, la falta de respeto y de espacio vial. En 2012 sufrió un accidente a dos cuadras de su casa. Un auto impactó la parte posterior de la bici y la proyectó contra el asfalto. Patiño recuerda que vio pasar su bicicleta por el aire. Los transeúntes se acercaron a socorrerla y el conductor se quedó con ella, lo cual es algo que agradece infinitamente. A pesar de esa experiencia, no ha dejado de usar su bici, pero dice que habría que hacer las calles más seguras para el ciclista.

Los scooters eléctricos son la propuesta en La Puntilla

Un scooter eléctrico es el nuevo medio que usa el cirujano Iván Mendoza para movilizarse en las inmediaciones de La Puntilla o dirigirse a la clínica Kennedy Samborondón, donde tiene su consultorio.

El galeno es uno de los más entusiasmados con el plan piloto de movilidad alternativa, a través de la implementación de estos vehículos de dos ruedas que operan con electricidad.

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El galeno Iván Mendoza recorre La Puntilla en scooter.Cortesía

El proyecto, promovido por la Autoridad de Tránsito de Samborondón (ATS) y la empresa privada, busca disminuir el uso de automotores que operan con combustible. El plan se extenderá por tres meses con la habilitación de 30 unidades.

Mendoza cancela $ 1 por los tres primeros minutos de uso del scooter, y $ 0,17 por cada minuto adicional. Los dispositivos están distribuidos en paradas de la avenida Samborondón, desde la zona de Los Arcos (km 1,5) hasta el complejo Diana Quintana (km 3).

Para usar el servicio, el interesado debe ser mayor de edad y descargar la aplicación Hop Scooter (disponible en Google Play y App Store) para el registro de datos y forma de pago.

La empresa promotora del servicio es Hop. El gerente, Alfonso Celi, dijo que el conductor del scooter solo puede circular por el lado derecho o en la ciclovía. También disponen de estaciones. Fue habilitada la línea (04)381-1229 para información o por alguna emergencia.

Malestar en ciclistas porque Concejo no aprueba proyecto

Gremios aficionados al ciclismo expresaron su malestar porque, pese a la insistencia, el Concejo Cantonal mantiene en el limbo una ordenanza que favorezca la práctica segura de su actividad.

El tema estaba incluido en el orden del día de la sesión de Concejo del jueves 16 de enero. Algunos concejales hicieron observaciones al proyecto enviado por la Mesa de Movilidad Sostenible. Al final, la propuesta fue rechazada hasta que sea otra vez estudiada y mejor redactada.

Ronald Game, de Ciclistas sin Fronteras, recordó que hace tres meses le solicitaron a la alcaldesa Cynthia Viteri su respaldo, debido a que el proyecto fue descartado después de haber sido consensuado en la Mesa de Movilidad Sostenible.

En una segunda misiva, realizaron un análisis crítico del nuevo proyecto de ordenanza, así como de aspectos fundamentales en beneficio de los ciclistas que no habían sido incluidos en la propuesta.

“Es el momento de consolidar y reafirmar nuestros postulados ciclísticos, para que en un futuro proyecto de ordenanza no se haga escarnio de nuestros derechos y se incluya salvaguardar en el mismo”, manifestó allí el gremio.

“Estamos dispuestos a socializar el tema, pero los concejales no podemos aprobar una ordenanza para favorecer a un grupo, hay que pensar en la comunidad en general”, expresó el edil Héctor Vanegas, quien indicó que el proyecto promovido por los ciclistas fue rechazado por considerarlo incompleto para aplicarlo.

Basándose en una propuesta que presentó hace tres meses, Vanegas aseguró que es el primer interesado en dar prioridad a las bicicletas, pero “con un proyecto que brinde garantías a la ciudadanía”.

“Los gremios nos presentan un proyecto que habla de bicicletas y scooters; pero no especifica, por ejemplo, las zonas ideales para circular, ni sanciones, ni el medio para que sean identificados”, argumentó el concejal.

La mesa de movilidad fue creada en 2018. En julio de 2019 los ciclistas ya entregaron una primera propuesta.